La Costilla Rota. 20 de Septiembre 2022.- Hace algunos días, la joven kurda Masha Amini, de 22 años, falleció tras una terrible golpiza que le propinaron miembros de la Policía Moral en Irán ¿la razón? Al parecer, Amini no portaba correctamente el hiyab.
Desde finales de la década de los 70s inicia una era de opresión teocrática en esta nación y se obligó a las mujeres a vestir de cierta forma y cubrirse con el hiyab, o hijab, prenda cuadrada que cubre la cabeza y cuello, dejando únicamente el rostro al descubierto.
Recordemos que a inicios de los 70s, las mujeres en Irán podían vestir como quisiesen y escuchar la música de moda, de tal suerte que puedes encontrar en Internet imágenes de chicas Iraníes en las calles vistiendo minifaldas, botas y vestidos tipo «a gogó», así como peinados y maquillaje de acuerdo a la época, comprando discos de sus artistas favoritos, o sentadas en los parques leyendo libros de su preferencia.
Fotografías de eldefinido.cl
No obstante, a partir de los 80s, el régimen islámico terminó con todo ello y, aunque por décadas han sido señalados por organizaciones internacionales por la violación de los derechos humanos, no ha sido gran cosa lo que se ha logrado hasta el momento, dado que argumentan principios religiosos, por lo cual exigen respeto a sus creencias, pero detrás de ello comenten atrocidades y ejercen diversos tipos de violencia contra mujeres, niñas y personas que actúen en contra de esos principios.
Es así que a mediados de este mes, la policía moral iraní mató a golpes a Masha Amini por el uso, según ellos, «inadecuado» del hiyab. Esto detonó la indignación y repulsa que se apoderó de todo el país, y las mujeres por fin se atrevieron a salir a las calles y protestar por la violencia y represión a las que son sometidas.
Al grito de «¡muerte al dictador!», o «matar por un hiyab ¿cuánta más humillación?», las Iraníes se alzaron en protestas y manifestaciones, gritando con valentía y coraje en sus corazones, por tantas décadas de abusos, humillaciones y violencia que han debido soportar desde la infancia.
Muchos son los videos que se pueden ver a través de redes sociales donde las manifestantes se descubren la cabeza y marchan agitando los hiyabs en mano, vestidas y maquilladas a su gusto.
Lamentablemente en varias ciudades, estas manifestaciones han sido reprimidas por las fuerzas policiales con violencia, sustancias lacrimógenas y amenazas con armas de fuego. Pero la indignación y el hartazgo de las mujeres va más allá, persiste. Ahora que han dado este importante paso (y lo han venido dado de a poco desde el 2017), difícilmente podrá el Estado continuar como hasta ahora.
La obligatoriedad del hiyab en Irán
Tras el triunfo de la Revolución Islámica de 1979 que consiguió derrocar a la dinastía Pahlaví para imponer inmediatamente después la instauración de la República Islámica, actualmente vigente en el país, se decretó la obligatoriedad del hiyab para las mujeres. A su vez, se creó el cuerpo de “la policía moral”, conocido como las Gasht-e Ershad, que se encargaría de velar por que las mujeres lleven correctamente puesto el velo. Este cuerpo de seguridad tiene la potestad de imponer multas y arrestar a personas que “violen las normas morales”.
En el año 2017 una multitudinaria protesta de mujeres que pedían no llevar el hiyab hizo que el Gobierno de los Ayatolás impusieran medidas todavía más duras y represivas para las mujeres. Sin embargo, el partido reformista Etemad Melli instó al Parlamento de Irán a modificar la ley que obliga a las mujeres a llevar el hiyab, algo que hasta hoy no se ha conseguido aprobar.
Desde los partidarios políticos más restrictivos, apoyan que todas las mujeres que no lleven adecuadamente sus vestimentas son consideradas como “delincuentes del Estado” y merecen ser torturadas y azotadas en caso de saltarse la ley.
En total, unas 40 millones de mujeres y niñas en Irán viven con los ojos del Estado siguiendo cada uno de sus pasos. Los agentes conducen todos los días por las calles de la ciudad y tienen la potestad de poder dar el alto a aquellas mujeres que consideren que no llevan adecuadamente sus vestimentas. Además, en caso de detenerlas, proceden a medir los centímetros del cabello que sobresalga del hiyab, así como la longitud de las mangas y de sus pantalones y la cantidad de maquillaje que llevan.
Fotografía de atalaya.com
Además de la muerte de Masha Amini, varias mujeres activistas se encuentran en la actualidad en prisiones iranís. Una de ellas es Nasrin Sotoudeh, condenada a 38 años y seis meses de cárcel y 148 latigazos por oponerse al velo y protestar contra estas leyes. En uno de los juicios fue condenada por incitar a “la corrupción y a la prostitución”, derivado de su trabajo como abogada de mujeres que habían sido detenidas.
Diferentes organizaciones humanitarias señalan la “gravedad” de las leyes iraníes que van en contra de las mujeres, ya que, no solo les obligan a llevar un cierto código de vestimenta, si no que el Estado estaría defendiendo abiertamente la violencia contra ellas.
Con información de Lorena Ríos para La Costilla Rota.