Por Yola Díaz
Les voy a contar una historia (verídica) y me encantaría que emitan sus comentarios.
Érase un matrimonio como muchos otros, hoy en día ya están separados desde hace cuatro años (pero aún no lo hacen de manera oficial), tienen una hija de 15 años y un hijo de 18 años, la mamá vive a tres horas de su ciudad natal ayudando a sus papás en su finca (sin recibir pago), el papá vive en la ciudad en casa de sus papás, y los hijos en casa de sus abuelos maternos. Les platico esto para que tengan contexto de la situación.
Resulta que en recientes vacaciones le llega un mensaje al papá y la hija se dispuso a revisarle el celular (ella en algún momento se aprendió la contraseña del papá), he de contarles que el papá complace a sus hijos en todo (incluso un tanto de más), todo marchaba de maravilla hasta que la mamá se reúne con sus hijos (acuérdense que ella no vive del todo con ellos) y le saca toda la información a los hijos, el chavito le comenta que él ya sabía que su papá tenía “novia” desde hace un par de meses, por supuesto la aún esposa al enterarse de esto le marca al papá de sus hijos reclamándole que ya se había enterado que tenía “una amante” y un sinfín de cosas más, por supuesto el papá en shock por el reclamo sin fundamento, pero sobre todo por la puñalada por la espalda que había recibido por parte de sus hijos.
¿Cuáles son los puntos de todo esto? Yo tengo mis propias conclusiones que les compartiré a continuación.
Que evidentemente hay padres ausentes, sí, si los hay, que la ausencia de padres separados o divorciados no equivale a darles bienes materiales para sustituir dicha ausencia, esto más que hacerles un bien les hace un mal a futuro, que cuando hay una ruptura aunque no se haya firmado de manera “oficial” se tiene que recurrir a ayuda profesional, también.
En teoría los adultos son los padres y por ende la madurez la deberían de reflejar para arreglar sus asuntos de manera privada y no llevarse “entre las patas” a los hijos.
Aquí sí cabe la frase de: “Con los hijos NO”.
Para cerrar les recomiendo la serie de Alba, la encuentran en Netflix y parte de la problemática que desarrolla la serie es ausencia de padres y no saber poner límites.
Los hijos más que dinero, necesitan tiempo de calidad.
Nos leemos la próxima semana.
Yolanda Díaz
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Foto vía Pinterest