El curioso caso de las fiscalías que suicidan mujeres

Se niegan a romper el pacto con quienes arguyen cualquier cantidad de nexos con el poder político o económico y prefieren esconderse en afirmaciones retorcidas e imposibles de demostrar, antes de dar justa persecución a los peligrosos culpables

por Mar Grecia

#JusticiaParaLuzRaquel

En México, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a junio de 2022 se registraron 493 feminicidios.
Desde abril, los feminicidios han ido aumentado tres meses al hilo, y julio no parece venir diferente, resultando que en junio ocurrieron de manera oficial 89 asesinatos de odio contra las mujeres, lo cual representa en si, la cifra más alta del año. Más allá de los números, esta realidad nos habla de casi un centenar de familias destruidas en tan solo un mes y casi medio millar en lo que va de 2022 por no atenderse en nuestro país adecuadamente las causas de los feminicidios.

Lo que nos indican los fríos datos es tan devastador como indignante, pero a la digna rabia se tiene que sumar la dolorosa afrenta que las fiscalías de varios estados de la República comenten al tratar de desvirtuar los casos, burlándose de las víctimas y de sus familias, así como de las activistas y mujeres que luchan, cuando en vez de resolver los casos con respeto y profesionalismo, han preferido salir corriendo a culpar a las víctimas de sus propias muertes, para tratar de evadir la ineficacia de sus elementos e intentar maquillar la indolencia de los gobiernos respecto de la tragedia que por sus omisiones viven cientos de miles de mujeres.

No cabe duda que vivimos en un país donde las mujeres somos vistas como brujas o alquimistas. Solo así, se explica como en 2001 se acusó absurdamente a la activista y abogada defensora de los derechos humanos, Digna Ochoa, de haberse suicidado con tres balazos: ¡claro!, como veía que no se moría al primero, se disparó dos veces más por no ser tres ya necesarias (es sarcasmo).
Luego, dando un salto en el tiempo, tenemos el caso de Lesby, joven estudiante que según la primera “indagatoria” de la Fiscalía, tomó el cable de un teléfono público en Ciudad Universitaria y lo giró varias veces sobre su cuello apretándolo ella misma hasta que se quedó sin aire y sin vida, señalamientos con los que las sesudas autoridades, quisieron dar carpetazo al asunto en 2019.

También en este año terrible y convulso para las mujeres, a Frida Santamaría, la asesinaron en una fiesta frente a sus amigos en Michoacán, pero todavía hoy la Fiscalía del estado insiste de manera muy extraña en investigar el hecho como suicidio. Tenemos a Debanhy, joven radicada en Nuevo León, cuyo terrible feminicidio quiso ser reducido en primera instancia por una ineficiente y podrida Fiscalia que se atrevió a señalar a la víctima de haberse lanzado por sí misma a una cisterna donde se habría ahogado por negligencia, es decir, se les hizo fácil decir que por falta de astucia, ella misma se causó la muerte.

El colmo llegó esta semana a Jalisco, cuando ante la tragedia de acoso, lesbofobia, misoginia y abandono institucional que provocaron el feminicidio de Luz Raquel, la Fiscalía sintió el calor de la opinión pública que reclamó la entrega de los funcionarios responsables por haber ignorado el llamado de auxilio de la víctima, a lo que anodina, ruin y cobardemente, decidieron salir a dar como primera explicación que Luz, se habría prendido fuego sola, presentando como absurdas prueba de su nefasta afirmación, un video borroso y sin contexto que según ellos “demuestra” la compra de dos botellas de alcohol y un encendedor que Luz, habría adquirido horas antes de aparecer con quemaduras en el 90% de su cuerpo. Es increíble que las autoridades tengan a la ciudadanía en tan bajo concepto, tanto que prefieran salir con estas narrativas revictimizantes y engañabobos, en vez de ponerse a investigar con seriedad. Se niegan a romper el pacto con quienes arguyen cualquier cantidad de nexos con el poder político o económico y prefieren esconderse en afirmaciones retorcidas e imposibles de demostrar, antes de dar justa persecución a los peligrosos culpables.

En #Durango, mi tierra querida, no estamos exentos de estas insultantes actuaciones. A penas hace 11 meses en El Salto, Pueblo Nuevo, Julissa, fue encontrada muerta en muy sospechosas condiciones; con el antecedente de tener como ex pareja a un hombre militar muy violento a quien en su momento denunció. Julissa, perdió la vida en condiciones muy difíciles de explicar por sí mismas, pero la Fiscalía cerró su caso sin más con el título de suicidio en vez de feminicidio, lo cual, no dejó conformes a sus familiares, ni a las amigas y activistas que la acompañaron en sus procesos de búsqueda de justicia por ser víctima de violencia. Es hora de reabrir los casos y dar certeza a quienes buscan con dolor la verdad sobre los feminicidios de sus hijas, hermanas, madres, esposas o amigas. Y sobretodo, es hora de que las autoridades responsables de la procuración y la impartición de justicia dejen de tratar con desdén los asesinatos de mujeres y comprendan que no somos cosas, que no somos animales de caza de cuya vida pueden disponer sin consecuencias y sobretodo, que ya no toleraremos un trato que no honre nuestra dignidad como personas. La información ya no se puede ocultar: verdad y justicia o consecuencias legales, sociales y públicas.

Malas mujeres
Sin lugar a dudas, el municipio de Durango, nunca había tenido una directora del Instituto de la Mujer tan “conflictiva”. La Doctora Patricia Alanis, se ha encargado de hacer todo lo que está en sus manos y más para ayudar a las mujeres que lo necesitan, con perspectiva de género y con una valentía que ya quisiéramos ver en cualquier otro funcionario. No le ha importado meterse en problemas y deconstruirse a si misma para entender de raíz el feminismo traducido en políticas públicas que sirvan para abolir las condiciones de violencia específica que existen contra nosotras. La semana pasada, convocó a una reunión en la que además, de manera generosa y bien agradecida, reconoció a todas las mujeres que durante su paso en la administración han apoyado desde la sociedad civil o la coordinación interinstitucional las labores del instituto, es decir, la “terrible” doctora, además sabe, busca y le gusta hacer equipo con más mujeres valiosas. Una funcionaria así, merece permanecer en una posición estratégica que le permita seguir sirviendo y yo creo que también las mujeres de Durango nos merecemos una aliada como ella en el gobierno, al menos para que les ayude u oriente a quienes siguen sin entenderle para nada al movimiento político más importante de nuestros tiempos. Por más como usted, doctora. Muchas felicidades.

@mar_grecia

 

 

Foto de Faruk Tokluoğlu de Pexels: https://www.pexels.com/es-es/foto/ligero-noche-oscuro-bosque-7101498/

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