Culpable, responsable

Tu paz mental no tiene precio, porque si lo tiene ya no es paz

por Yolanda Díaz

Hoy me apareció un video en twitter de un pleito entre dos señoras, en el cual la esposa cacha al supuesto marido en el estacionamiento de un centro comercial con otra y la primera, se le lanza a la supuesta novia, la sujeta del cabello y no la suelta mientras les dice una sarta de insultos. Lo más lamentable de esto es que lo hizo en presencia de sus hijos, pero ese no es el tema.

Esto me recordó una historia que viví externamente en la cual la “novia” de un individuo era acosada deliberadamente por la esposa de este tipo; le grafiteó la casa, le aventó una bomba molotov, compartió fotos desnuda a sus amigos y un sinfín de cosas que ni se imaginan.

La novia no lo dejaba por supuesto por “amor” pero también por una “estabilidad económica (dicho por ella), pues le resultaba más fácil aguantarse toda clase de insultos, persecuciones, acosos, etc., que abandonar su «comodidad”.

Y ¡ojo! aquí no estamos para juzgar la vida de nadie, evidentemente el mayor responsable (no culpable) de dicha situación es él, sin embargo todo esto me lleva a preguntarme lo siguiente: ¿por qué la esposa no lo dejaba si aparentemente él lo hacía de forma descarada? Eso significaba a mi parecer que ella no le importaba, pero y la novia; ¿por qué permitía toda esa clase de abusos? ¿Hasta dónde llega ese tipo de “comodidad” que incluso puso en riesgo su vida? (recuerden la bomba molotov).

Inseguridad, lucha de poderes, falta de amor propio y muchas situaciones, emociones y sentimientos se vivieron en esta “relación de tres”.

Cada quien es libre de vivir su vida como quiera, pero en un mundo perfecto (que no lo tenemos) lo mejor sería no dañar a terceros.

Tu paz mental no tiene precio, porque si lo tiene ya no es paz.
Yolanda Díaz

IG @yoladiaz.n

Twitter @yoladiazn

 

Foto de Pexels

 

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