¿Qué es ser sorora?

En un mundo donde el patriarcado y la misoginia imperan, es un gran desafío ser sororas entre nosotras las mujeres

por La Costilla Rota

Por R. Aideé Aguilar

En un mundo donde  el patriarcado y la misoginia imperan, es un gran desafío ser sororas entre nosotras las mujeres.

Hace unos años cuando conocí a dos mujeres que con el tiempo nos hicimos muy cercanas, comencé a comprender y llevar a la práctica la sororidad. En una ocasión cuando estaba con ellas de alguna manera salió a la conversación una mujer que había visto pero que no conocía. Mis ahora amigas, jamás comentaron algo negativo entorno a esa chica. Yo no dije mucho, repito, no la conocía; sin embargo, cuando se me dio voz, ellas me veían expectantes, me dio la impresión de qué estaban esperando a ver si habla mal o qué iba a decir. Entre ellas se echaron miradas de aprobación.

Después de eso recuerdo que comenzamos a ser más cercanas y hablar de temas de género, de feminismo, de amistad entre mujeres. Reconozco que yo en ocasiones ponía resistencia a esa amistad. Poco tiempo atrás me alejé de amistades que aprecié. Estaba recelosa por lo antes acontecido.

Recuerdo que mis amigas, en ocasiones, me hacían hincapié en que aprendían de mi. Yo las reconocía como mujeres guapas e inteligentes. A la fecha nunca me he sentido amenazada por ninguna de las dos. Sí, amenazada, esa lo que nos han enseñado a sentir. A tener una competencia con otras mujeres.

Dicho esto es imperativo mencionar qué se entiende por sororidad y qué es ser sorora.

Las sociedades nos han enseñado que las mujeres tenemos un amigo-enemigo y es otra mujer. Incluso han construido palabras en diferentes idiomas para exacerbar esa supuesta enemistad. Ejemplos hay muchos, solo por mencionar algunos vemos que en inglés existe catfight, lo que en castellano diríamos “pelea de gatas” y, si seguimos en castellano, también encontramos muchas más palabras como víboras, arpías, zorras, perras, entre otras más. Todo esto para educarnos a ser rivales y envidiosas entre nosotras, pero es importante nombrar que la rivalidad y la envidia no es exclusiva de las mujeres, en realidad no tiene género.

¿Cuál es el objetivo de esta supuesta rivalidad? Someternos a competencias entre nosotras, a que siempre estemos atentas a quién tiene el mejor cuerpo, uno que cumpla con estándares establecidos por los hombres, ni siquiera se trata como tal de inteligencia, incluso, quién tiene el “talento” para limpiar mejor una casa, lavar y planchar ropa o, saber cocinar. Estas son algunas de las tareas impuestas por este sistema patriarcal.

En la cultura pop hemos creado dichos o frases que contribuyen a reproducir estos roles y competencias. Como “si sabes cocinar, estás lista para casarte”. Nos enseñan a construirnos como esclavas en el matrimonio, en el sentido de que una mujer, supuestamente debe de atender a su esposo, si no él tiene la “justificación” de buscar a otra. Entonces, ahí nuevamente, además de esclavizarnos, entramos a la competencia entre mujeres.

¿Cómo hacer aliadas entre nosotras? ¿cómo es ser sorora en un mundo donde nos enfrentan constantemente?

Primeramente es reconocer que sí implica un reto pero para ello necesitamos comprender ¿qué es la sororidad? Quiero comenzar con exponer de manera enfática que ser sorora no quiere decir que nos debemos de caer bien entre mujeres o agradarnos como tal. En realidad es un concepto que apuesta por la empatía, la comprensión y la construcción del apoyo entre mujeres. Pues en sociedades como las nuestras donde el sistema patriarcal nos ha educado a competir entre nosotras y, por ellos, no apoyarnos para salir de esta opresión.

La sororidad se refiere al apoyo mutuo entre nosotras las mujeres, desde una óptica de la empatía; ya que todas las mujeres hemos sido víctimas del sistema patriarcal de una u otra manera. Marcela Lagarde afirma acertadamente que la sororidad es un concepto político, en el sentido en que es un convenio político entre mujeres para lograr la equidad de género, la igualdad entre mujeres, aún con nuestras diferencias sociales etc., es político porque juntas podemos construir poder y fuerza para transformar nuestras culturas y estructuras de poder.

Ser sororas es crear y acodar vínculos, redes de apoyo. Generar una cultura del apoyo así como de la conciencia feminista (Lagarde,2008).  Las mujeres hemos sobrevivido gracias al apoyo y la injerencia de otras mujeres a la largo de la historia.

Practicar la sororidad es un reto pero es posible. Implica no solo dejar de criticar negativamente a otras mujeres, ni hacer a un lado la envidia, la competencia. Es entender que sí, somos diferentes entre nosotras, pero también podemos vernos como entre iguales, desde diversas perspectivas. La más obvia es que somos mujeres; nos violentan día a día. Esto incluso obedece a un sistema político y económico mundial.

Por eso es imperante que nos apoyemos, nos defendamos y, juntas, construyamos nuevas formas de vivir desde lo socio-cultural, político y económico.

Foto de RF._.studio de Pexels: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujeres-en-la-reunion-3810795/

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