Por: Verónica Rivera
A casi un mes de la decisión del Supremo Tribunal de los Estados Unidos de derogar ‘Roe vs Wade’, las manifestaciones, las inconformidades y los debates sobre el acceso al aborto en aquel país, han crecido de forma exponencial. Y es que resulta increíble que en el país que se dice <<más libertario>> de todo el continente americano, se le dé un revés a los derechos humanos como el que se vivió el pasado 24 de junio.
De entrada, comprendamos que ‘Roe vs Wade’ fue una sentencia de la Corte Suprema que entró en vigor desde 1973 y que garantizaba constitucionalmente una serie de protecciones para varios derechos humanos, mismos que tienen que ver con la privacidad de las personas, en el caso específico del aborto, con la privacidad médica de las mujeres. De esta manera, el caso ‘Roe’ otorgaba a todas las mujeres el acceso a un aborto libre, seguro y gratuito en todo el territorio estadounidense, a pesar de que varias leyes estatales hicieran más difícil el camino.
Es importante mencionar que históricamente varios casos de la Corte Suprema habían estado protegidos por la Decimocuarta Enmienda, misma que ha ayudado a proteger derechos que no están explícitamente expuestos en la Constitución y que en términos legales, incluye cláusulas como la del debido proceso, la protección igualitaria y la ciudadanía nacional y que para el tema en específico, prohíbe a los estados violar las leyes que de alguna manera limiten el pleno desarrollo de las y los ciudadanos norteamericanos.
La crónica de una muerte anunciada fue evidente, y es que desde mayo se filtró el borrador del Juez Samuel Alito (quien encabezó la opinión mayoritaria) del Supremo Tribunal en donde claramente se veía la intención de eliminar este caso para devolverle a cada estado la facultad legal de dictar sus propias leyes y políticas públicas para el acceso o no al aborto. Con 6 votos a favor y únicamente 3 en contra, el 24 de junio se emitió la decisión final: las mujeres norteamericanas tendrán que cumplir la voluntad del estado y no la suya propia; pues en palabras del propio Alito ‘el aborto no es un derecho implícito en el concepto de libertad’.
Es aberrante que en pleno 2022 las mujeres sigamos sin lograr la autonomía de nuestros propios cuerpos y aún más absurdo que en lugar de avanzar para lograr el pleno goce de derechos fundamentales, tengamos que retroceder. Es incomprensible que uno de los países que se ha utilizado como referente para algunos procesos libertarios y democráticos, tenga en el poder a un grupo de autodenominados jueces conservadores y que utilicen los derechos humanos de las mujeres como simples herramientas para los sucios juegos políticos.
Dentro de este triste panorama, hay derechos que entran también en la cuerda floja, pues en la ya mencionada 14° Enmienda, están basadas otras sentencias como Obergfell vs Hodges, que garantiza el matrimonio homosexual; Lawrence vs Texas, que resguarda las relaciones entre personas del mismo sexo e incluso, la sentencia Griswold vs Connecticut, que vela por la contracepción; o mejor dicho, el uso de métodos técnicos que impiden la fecundidad (efectivamente, estimadx lectorx, aquí entran los anticonceptivos como el preservativo o los métodos hormonales). Así de grave es el asunto.
Así pues y prácticamente a un mes de esta decisión, los siguientes estados hacen efectiva e inmediata la prohibición del aborto: Arkansas, Idaho, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Missouri, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Oklahoma, Tenessee, Texas, Utah, Wyoming, Alabama, Arizona, Florida y Wisconsin. Se prevé que 16 estados más y de manera paulatina, terminen por prohibir de igual manera este derecho, mientras que solo los siguientes estados permanecerán protegiendo a las mujeres, a su autonomía y a sus derechos sexuales y reproductivos: California, Connecticut, Delaware, Hawaii, Illinois, Maine, Maryland, Massachusetts, Nevada, Nueva York, Oregon, Rhode Island, Washington, Colorado, Nueva Jersey, Vermont y el Distrito de Columbia. Sin embargo, hay que destacar que esta lista no garantiza al 100% el acceso a un aborto libre y seguro, pues en la mayoría de los casos, estará restringido a 3 elementos: si la continuación del embarazo pone en riesgo la vida de la madre, si el embarazo fue consecuencia de una violación o de un incesto.
Nuevamente, las decisiones de quienes están en el poder se encuentran alejadas de las diversas realidades, pues para quienes tienen los medios de viajar de un estado a otro, no será complicado; sin embargo, para quienes se encuentran en condiciones de pobreza, para quienes no pueden pedir días libres en sus trabajos, para mujeres jóvenes que quieren decidir sobre sus cuerpos y sus vidas, para esas mujeres y muchos millones más, los derechos humanos se convierten solo en un una utopía. O peor aún, pareciera que las mujeres debemos seguir siendo solamente víctimas de otros delitos atroces para ganarnos el acceso a tomar una decisión.
Finalmente, hay que destacar que muchas mujeres valientes y guerreras están alzando la voz y demostrando que no están de acuerdo con esta sentencia. Incluso hace un par de días “detuvieron” simbólicamente a un grupo de congresistas demócratas, todas mujeres, que con la adopción de la pañoleta verde y refrescadas por la marea que viene desde América Latina, están exigiendo y luchando por algo que nos pertenece: autonomía y decisión sobre nosotras mismas.
Desde México, les mandamos un abrazo sororo a nuestras hermanas de lucha y todo nuestro respaldo para que este episodio de la historia deje de ser una pesadilla. ¡Que tiemblen los machistas, que la tierra americana será toda feminista!
Foto de Brett Sayles de Pexels: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-estados-unidos-precioso-demostracion-12747250/