Conciencia femenina

“Ninguna mujer es verdaderamente una privilegiada en las instituciones apadrinadas por la conciencia masculina” -Adrianne Rich

por Yolitzin Jaimes
Por Yolitzin Jaimes Rendón.
¿Qué hizo que nos encontráramos en las plazas, en los barrios en las calles, o que nos convocáramos afuera de las instituciones?

Los dolores, el hartazgo, la organización, la identificación de haber vivido situaciones específicas en nuestros cuerpos sexuados de mujeres y observar con desagrado la decadencia de un sistema que ha sido sostenido por hombres y que ha beneficiado su estar en el mundo. Concretamente hablo de la Conciencia femenina que ya no quiere ser parte de ese sistema de muerte que se ha sostenido por muchos siglos, la conciencia femenina que nos ha colocado al centro de nuestras demandas y que permite identificarnos con las otras reconociendo también nuestras diferencias. Esa conciencia que nos invita a no dejarnos atrás, a no ceder nuestra autenticidad por cumplir agendas que no tienen nada que ver con nosotras.

“Ninguna mujer es verdaderamente una privilegiada en las instituciones apadrinadas por la conciencia masculina”.
-Adrianne Rich
La conciencia y la libertad femenina está en nosotras y se resisten a dejarse habitar por el ruido ensordecedor de la miseria masculina, es resistirse a ser sus voceras y centrarse en el hilado fino para construir una realidad en donde ellos ya no son el centro de nuestros deseos ni la medida de nada que nos signifique estar y ser en el mundo.
Desde hace algunos meses trato de no existir a partir de ellos, sino de encontrarme con la experiencia de vida de las otras, con sus palabras y también con sus silencios. Entendí tardíamente que posicionarnos como salvadoras y redentoras de todas las mujeres terminábamos siendo esclavas de una causa y en lugar de sentirse libres y plenas, comenzamos a coleccionar dolores, jornadas extenuantes de asistencia a las otras y receptora ya de exigencias indivuales, como si fuésemos responsables no solo de visibilizar y poner en el centro nuestras demandas, sino de reparar lo que los hombres rompían y otra vez sobre nuestros cuerpos la huella y el deterioro de este sistema de muerte que goza de ver cuerpos enfermos y almas atormentadas. Es así como funciona el pacto masculino, con su dialéctica de luchas y revoluciones, ensalzando el sacrificio y la postergación y ahí definitivamente no está la política de las mujeres ni nuestro placer;No volver a entrar a una jaula ni por ensayo, y así sentía mi presencia en el mundo, una relación condicionada y no infinita como la que estoy segura, quiero tener con las otras.
Después de encontrarnos en las calles y en las plazas con nuestras pancartas y nuestras demandas, de años de encontrarnos solo nosotras y reflexionar nuestra presencia en el mundo, también llegaron las miserias de ellos, queriendo cooptar los discursos, a todas esas acciones autónomas y autogestivas les llegó el financiamiento público y con ello la pérdida de la autenticidad y el desplazamiento de la grandeza femenina.
Comprendí pues que la Autoridad femenina no está en las Instituciones, que podemos encontrarla y reconocerla con las mujeres con las que estamos en relación, dejar de insistir en convencerlos que su sistema de muerte ya no nos hace sentido, ni de querer cambiar las cosas con sus formas y sus modos porque terminan contaminándose y se perpectua el pacto patriarcal en donde nos pactan a nosotras.
Para mí transitar en el femenino libre ha sido fundamental la escucha en lengua materna de la que Andrea Fránulic nos habla: “Ningún paradigma de la lingüística reconoce a la madre como la dadora de la palabra” y yo quisera recuperar ese lenguaje de las mujeres y el de nuestras madres, el conocimiento que trascendió en nosotras y que nos hizo comprender el mundo cuando éramos pequeñas, cuando entendimos que la lluvia era lluvia y venía de las nubes. Apartarnos de los dogmas del Androceno y recuperar nuestras palabras y nuestros deseos que no llevan colonización e imposición masculina, explicarnos esta nueva forma de estar en el mundo a partir de las vivencias y las reflexiones que se vuelven pensamiento cuando estoy con otras mujeres. El lenguaje de las mujeres que logramos nombrar y escuchar en nuestros espacios solo de nosotras sin ningún intermediario, donde la medida es nuestro placer y nuestra libertad, que nos lleva a ser las autoras de nuestras vidas sin ningún guión o teoría impuestos.
@yoljaimes

Loading

Comenta con Facebook

También te podría interesar

Ir al contenido