Los dolores, el hartazgo, la organización, la identificación de haber vivido situaciones específicas en nuestros cuerpos sexuados de mujeres y observar con desagrado la decadencia de un sistema que ha sido sostenido por hombres y que ha beneficiado su estar en el mundo. Concretamente hablo de la Conciencia femenina que ya no quiere ser parte de ese sistema de muerte que se ha sostenido por muchos siglos, la conciencia femenina que nos ha colocado al centro de nuestras demandas y que permite identificarnos con las otras reconociendo también nuestras diferencias. Esa conciencia que nos invita a no dejarnos atrás, a no ceder nuestra autenticidad por cumplir agendas que no tienen nada que ver con nosotras.
-Adrianne Rich