Si no soy yo ¿Quién? Y si no es hoy, ¿Cuándo?
Con esta reflexión cerraba la actriz Emma Watson su participación en la ONU en 2014 como Embajadora de buena voluntad. Y no hay preguntas más certeras que guarden similitud con la actitud siempre de avanzada de tres mujeres que admiro profundamente y son parte de la historia de la lucha feminista en México: Irinea Buendía, YeseniaZamudio y Araceli Osorio.
¿Quiénes son ellas? ¿Qué vinculo las une? Ellas son tres mujeres que en distintos años perdieron a sus hijas, víctimas de feminicidio, pero que nunca se hubiera clasificado así de no ser por el activismo social y jurídico que emprendieron estas valientes madres y sus familias, acompañadas por las Organizaciones de la Sociedad Civil, de derechos humanos y de las colectivas.
Mariana Lima Buendía, joven de 27 años, estudiante de derecho en la UNAM, privada de la vida a manos de su esposo, en ese entonces comandante de la policía judicial, quien derivado de su trabajo y sus conexiones hizo parecer que Mariana se quitó la vida en su vivienda de Chimalhuacán el 28 de junio del 2010. Su mamá, Irinea Buendía, emprendió una de las investigaciones más profundas para demostrar que su hija no se suicidó, siendo víctimas de amenazas y de un atentado a su hija Guadalupe en 2020 del cual salió ilesa. El 25 de mayo de 2015, la Suprema Corte de Justicia emite la primera sentencia de feminicidio en el país, generando un precedente al establecer la importancia de investigar con perspectiva de género y obligando a la autoridad a implementar protocolos de prevención, atención y sanción de violencia contra las mujeres. Sin embargo, a 12 años de los acontecimientos, la familia aún espera la sentencia contra Julio César Hernández Ballinas.
María de Jesús Jaimes Zamudio, este año habría cumplido 22 años, fue el 15 de enero de 2016 cuando fueron truncados sus sueños y la paz de su familia, al ser arrojada de un quinto piso por un docente y un compañero de clases del Instituto Politécnico Nacional donde Marichuy estudiaba Ingeniería Petrolera. La institución académica llevo a cabo un solemne acto donde se le pidió perdón a la familia por las omisiones institucionales y este 7 de julio del 2022 se le hará entrega del Título post mortem. Cabe mencionar que nada de esto hubiera sido posible si no es por el talante, la entrega, la presencia activa y siempre contundente de su mamá, Yesenia Zamudio, quien al ver la falta de voluntad de las autoridades por resolver el caso de su hija, llevó a cabo una serie de acciones que permitieron reclasificar como feminicidio y no como suicidio la causa de su muerte. Recientemente la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, ofreció una recompensa de un millón de pesos a quien proporcione información sobre el paradero de los imputados Julio Iván Ruíz Guerrero y Gabriel Eduardo Galván Figueroa.
Araceli Osorio, perdió a su hija de 22 años, Lesvy Berlín Osorio, en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México; fue el 3 de mayo de 2017, la causa: suicidio por estrangulamiento con un cable de teléfono público. Desde el momento de conocer la noticia su mamá se dio a la tarea de exigir la investigación a fondo ya que existían muchas hipótesis sobre la causa de su muerte; ella sospechaba de su novio Jorge Luis González Hernández, pues al revisar los videos se observa que sostuvieron una acalorada discusión, el golpea fuertemente su cabeza y finalmente la estrangula. Las y los estudiantes se pronunciaron por el esclarecimiento además de que toda la sociedad descalificamos la serie de estigmas misóginos que la misma fiscalía generó en torno a Lesvy. Fue gracias a la férrea voluntad de Araceli, que se le condenó a 52 años de prisión por el delito de feminicidio agravado.
En nuestro país, el asesinato de 11 mujeres al día está considerado como un tema de alerta nacional; los familiares de las víctimas se acompañan de las organizaciones de la sociedad civil y de las colectivas para insistir y exigir la tan anhelada justicia y sé que no son solo tres madres, lamentablemente son miles las que se defienden a sí mismas, conocen las dependencias, se compenetran con las etapas procesales, investigan a fondo en busca de pruebas, contratan peritajes externos, se integran como buscadoras cavando en las fosas clandestinas con sus propias manos, con sus propias herramientas, pero esto no es suficiente en un país donde no se ha logrado deconstruir las estructuras patriarcales que afectan en lo público y lo privado la vida de millones de mujeres y niñas. Ya no basta con sensibilizar, hay que educar desde temprana edad en la inclusión, la no discriminación y la no violencia.
Si no son ellas, Irinea, Yesenia y Araceli ¿Quién? Y si no es ahora ¿Cuándo llegará la justicia?
Fotografias de ONU MUJERES, Infobae y María Fernanda Ruíz/Pie de Página.