María Izquierdo Gutiérrez: “Es un delito ser mujer y tener talento”

Pintora, muralista y artista plástica mexicana, gran luchadora por las mujeres artistas quienes eran invisibilizadas ante el monopolio del machismo

por La Costilla Rota

Pintora, muralista y artista plástica mexicana, María Izquierdo, fue sobretodo una gran luchadora por las mujeres artistas quienes eran invisibilizadas ante el monopolio del machismo en el mundo del arte. Fue de las primeras mujeres en exponer sus obras fuera de México, siendo en 1930 su primera exposición extranjera, la cual, tuvo lugar en la Art Center Gallery de la ciudad de Nueva York.

La obra de la pintora está inscrita en el contexto del arte posrevolucionario. Sus pinturas tienen importantes vínculos con el arte de vanguardia, pero relacionados con la mexicanidad. Izquierdo, renunció a mostrar una historia anecdótica y a representar la figura del mestizo tal como se muestra en el mural Epopeya del pueblo mexicano donde el muralista Diego Rivera» con una libertad de la que pocos artistas de la época gozaban, desplegó su propia visión de la historia, con uno de los principios que regían entonces en el muralismo en edificios públicos». En lugar de esto, Izquierdo utilizó colores brillantes y fuertes, que forman atmósferas sombrías en tonalidades ocres y terrosas. A pesar de esto, Izquierdo fue considerada por varios críticos de arte, escritores y poetas como pinturas primitivistas.

Una de las principales características de su obra es la reiteración de la figura femenina en muy diversos escenarios. En muchas de sus obras reinterpretó las tradiciones mexicanas y creó atmósferas sobre los objetos populares que ella seleccionó. Además de estas aproximaciones, es importante realizar un estudio, para profundizar en la forma cómo entendió y representó a las mujeres.

Durante la década de los treinta, Izquierdo formó parte de un grupo contra fascista y coordinó Carteles Revolucionarios Femeninos para Bellas Artes. En esa exhibición participó con el cartel Pulquería El Atorón y compartió la escena con otras artistas como Lola Álvarez Bravo, Regina Pardo y Celia Arredonde, entre otras. Asimismo participó como miembro activo de la Liga de Escritoras y Artistas Revolucionarias y contribuyó en la causa de la expropiación petrolera realizando una subasta de arte mexicano. En esa misma década dio una conferencia por radio titulada «La mujer y el arte» donde analizó el papel de las mujeres en dicho contexto. En ese texto estableció los límites y las condiciones de posibilidad de la mujer posrevolucionaria, denunciando la opresión en la que viven las mujeres.

Posteriormente, en la década de los cuarenta, escribió para la Revista Hoy, varios textos donde exhibían las problemáticas de la mujer artista. Además, Izquierdo también denunció que muchas mujeres atacaban el trabajo de las mujeres artistas por desconocimiento.

La forma como María Izquierdo, representó a la mujer es muy diferente a la forma como se representaba la mujer en el arte del México posrevolucionario, que se representa tanto en la pintura mural como de caballete, donde la mujer se asocia constante como madre, maestra y patria. En lugar de esto, Izquierdo se atrevió a representar el silencio, el dolor y la melancolía, tal como ocurre en la obra Alegoría al trabajo, donde una mujer desnuda y desesperada se inclina y se cubre el rostro con las manos, esto situado en un paisaje de colinas rojas y doradas. En el segundo plano de la composición se encuentra una figura masculina que semeja una deidad que surge del cielo nublado. Esto se conecta con una esfera dorada cubierta con símbolos lunares y estelares. Los rayos de fuego disparadas por la esfera se extienden por todo el paisaje.

Estas mujeres se caracterizan por su anonimato, en muchos casos los cuerpos han sido decapitados y se manifiesta por la intensa angustia. Estas imágenes están fuera del contexto biográfico y en cambio se presentan en espacios metafísicos, que evidencian la ausencia, vacío y angustia. Estas representaciones de mujeres atormentadas y torturadas contrastan con el gran colorido que poseen y con otras temáticas caracterizadas por su carácter mas popular. Las representaciones de las mujeres muestran las condiciones de posibilidad de la mujer en el contexto posrevolucionario, así como las limitaciones y problemáticas a las que se enfrentaban.

En 1945, Izquierdo fue contratada para realizar un mural en el departamento del Distrito Federal. En los murales representados se iba a desarrollar la historia de la ciudad de México. Sin embargo cuando ya estaba trabajando en la realización de los mismos, recibió una nota donde se cancelaba el mural. Se argumentaron razones técnicas, sin embargo se realizó una junta secreta donde Siqueiros, Orozco y Rivera le pidieron a Javier Rojo Gómez que cancelara el proyecto, porque una mujer no tenía las cualidades necesarias para realizar trabajo mural. El constante asedio del que eran objeto ella y las mujeres artistas en un México patriarcal la llevó a sentenciar en protesta: «Es un delito ser mujer y tener talento»

 

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Actualmente, sólo se conservan los bocetos de este proyecto mural. Izquierdo, denunció públicamente lo que había ocurrido, sin embargo, en lugar de recibir apoyo por parte de los críticos y artistas de la época, fue injustamente atacada.

Las aportaciones de Izquierdo a la situación de la mujer son determinantes ya que denunció las problemáticas de las mujeres tanto teórica como plásticamente, asimismo se atrevió a acusar la hegemonía cultural del momento. En su lugar, Izquierdo mostró otra forma de representar a la mujer, sus espacios, sentimientos y posibilidades.

Su obra es testimonio permanente de la deuda histórica que se tiene con las mujeres en el arte, invisibilizadas por siglos y hoy alabadas muchas décadas después por su gran profundidad y valor artístico.

 

 

 

 

 

 

 

 

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