Desde este 26 de abril entró al Palacio de Bellas Artes el mural de Rina Lazo, el cual lleva por nombre “Xibalbá, el inframundo de los mayas”, y es la última creación de esta artista de origen guatemalteco, quien se convertirá con ello en la primer mujer muralista en exponer su obra en este recinto cultural.
El mural Xibalbá, el inframundo de los mayas es, en parte, la culminación de toda una vida de amor, dedicación y disciplina entregada al estudio de la cultura maya antigua. Ya en los primeros trabajos de Lazo, en Guatemala, su interés por retratar la naturaleza de su tierra y la influencia de lo prehispánico era visible en las esculturas, grabados y obras que había realizado.
Tras 10 años de trabajo, Rina terminó este mural a la edad de 96 años, falleciendo a los pocos días sin poder ver su obra montada en su totalidad.
La exposición llega en el contexto de los 100 años del muralismo mexicano y nos invita a reconocer la variedad estilística dentro del movimiento; además, nos exhorta a dirigir la mirada hacia la participación de las mujeres como integrantes activas de esta corriente artística que estuvo presente a lo largo del siglo XX.
En una entrevista para el periódico El País, la historiadora del arte y curadora conceptual de la exposición, Dina Comisarenco relató que Rina inició sus estudios profesionales en el mundo artístico a los 21 años, cuando ingresó a la Academia de Bellas Artes de Guatemala. Dos años después ganó una beca para estudiar en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda, en México. Ahí, uno de sus profesores se percató de su talento y la invitó a trabajar como asistente de uno de los principales representantes del muralismo nacional: Diego Rivera. Así lo ha relatado Comisarenco: “Ella contaba con mucha picardía lo cual, hizo que el maestro la invitara dándole una notita sin que nadie se diera cuenta, esto porque todo mundo quería ser asistente de Rivera, a pesar de que él tenía fama de ser un gran explotador, que cuando uno trabajaba para él, lo tenía horas y horas y horas; él tenía una gran capacidad de trabajo, y pretendía lo mismo de sus asistentes”.
Comenta Comisarenco, que le aprendió a Rivera no solo la parte técnica de cómo hacer un fresco, si no también la investigación en términos políticos y sociales que se debe llevar a cabo para realizar una pintura mural. “No todas las mujeres tuvieron la misma fortuna de entrar a trabajar con uno de los grandes muralistas. Diego Rivera, tiene, como ustedes saben, una fama terrible en muchos aspectos, pero aun así, en este campo, yo como especialista en mujeres muralistas, lo respeto porque sí contrató a muchas mujeres como asistentes, y así fue como muchas mujeres se iniciaron en la pintura mural”
Aunque la efervescencia del movimiento muralista puso a mediados del siglo XX el nombre de México en boca del mundo entero, hay muchos artistas, entre los que se destacan mayormente las mujeres muralistas, que fueron invisibles ante aquella explosión, o bien, que se convirtieron en testigos silenciosos cuyas obras han sido rescatadas muchos años después.
Si quieren visitar este mural de Rina Lazo, éste permanecerá disponible para el público hasta el próximo 24 de julio, en la Sala Internacional del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.
Con información del periódico El País
https://elpais.com/mexico/2022-06-07/rina-lazo-la-primera-mujer-muralista-en-el-palacio-de-bellas-artes.html