La educación no es un arma

Nada regresara las 21 vidas inocentes, pero sí puede ser la pauta para prevenir antes de corregir, éstas situaciones que se pueden llegar a repetir en cualquier parte del mundo si no actuamos

por Iris Nayely Cardona Reyes

Nelson Mandela dijo una vez que “La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Pero yo no estoy de acuerdo, al menos, no por completo.
¿Qué la educación es un arma? No. ¿Qué la educación cambia al mundo? Sí. En días recientes, vi en twitter como se hacía tendencia el caso del chico que acciono un arma contra maestras y un grupo de pequeños de primaria. Todos volteamos a ver y sufrimos con la muerte de éstos inocentes pero, poco se conocen las causas que llevaron al joven homicida a cometer tan atroz y doloroso crimen. Que se le juzgue sin piedad, que se le atormente una vez en la cárcel, que sufra. Pero, ¿hemos pensando en la radiografía de éste joven de 18 años?

Como maestra, no solo pienso en quién fue atacado, sino en el atacante. ¿Por qué lo haces? ¿qué te motivo a hacerlo? ¿cómo te sientes? ¿qué pasa en tu casa o en tu familia? ¿hay algo de lo que quieras hablar? ¿hay algo que te moleste, te incomode o te haga sentir triste?

Son solo algunas de las preguntas que hago poniéndome en cuclillas a un alumno que empujó a otro en un día normal dando clases en la escuela primaria.

Nada regresara las 21 vidas inocentes, pero sí puede ser la pauta para prevenir antes de corregir, éstas situaciones que se pueden llegar a repetir en cualquier parte del mundo si no actuamos.
Estados Unidos, tiene una ligera obsesión con las armas: 120. 5 armas por cada 100 habitantes, según la Encuesta de armas
pequeñas (2018). El país vecino ya ha sido escenario de situaciones como la Uvalde, Texas. Aunado a ello, la creciente demanda de juegos violentos que cada vez son más reales así como los trends y grupos de personas con éstas temáticas que
circulan en redes sociales, son una pieza más al rompecabezas. La tecnología debe ser aliada de un aprendizaje positivo que refuerce las conductas y las nuevas formas de interactuar hoy en día. El juego, como primer acercamiento a descubrir y comprender el mundo social, debe ser parte importante de cómo entendemos las cosas pero también como nuestras actitudes deben regularse de tal manera que conlleve a comportamientos sanos y pacíficos. El acoso escolar es un fenómeno cada vez más recurrente en nuestras escuelas, las cuales no tienen protocolos, personal especializado e instituciones que de verdad prevengan y difundan qué hacer para atender éstos casos que puedan tener desenlaces terribles para las familias y la sociedad misma. No basta con lineamientos que nos digan qué hacer, es necesario un seguimiento real que dé respuestas a lo que vemos en nuestras instituciones educativas y gubernamentales, pues la educación empieza en casa
pero continúa en la escuela. Hoy es importante una buena educación académica que forme en principios y valores por amor al conocimiento, pero también una educación socioemocional que contribuya a la salud mental de las niñas, niños, adolescentes, sus familias y maestros para favorecer el desarrollo humano de nuestros pueblos. Nos estamos jugando nuestro futuro el cual debe ser alentador y no un sombrío presente que alberga situaciones que superan la ficción.
Hay conductas y actitudes que nos alertan sobre algo que no marcha bien en la vida de las personas y sí, si podemos hacer algo al respecto. Algo que le permita a los demás y nosotros sentirnos valiosos, importantes, necesarios y resilentes, capaces de afrontar las vicisitudes de la vida. Porque la vida no es para llevar, es para comer aquí y con todo lo que implica.
Desde éste espacio, exhorto a nuestros lectores a que contribuyamos al fomento y práctica de una cultura de la paz. Pues
el niño que no sea abrazado por su tribu, como dice el proverbio africano, cuando sea adulto quemará la aldea para sentir su calor.
#IrisDice

 

Foto: Pexels

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