Por Sofía Gamboa
Generalmente en el campo laboral, las mujeres ascienden más lento que los hombres. Incluso muchas industrias que consideran un progreso importante en el tema tienen un avance patéticamente lento. La imagen de quien administra el dinero sigue siendo masculina. Se necesitarían 200 años para alcanzar paridad de género para quienes manejan el dinero.
De acuerdo al último informe de Alpha Female de Citywire, el porcentaje de mujeres administradoras de fondos se ha estancado en 12% a nivel mundial, y menos del 3% del capital de riesgo se encuentra encaminado a empresas dirigidas por mujeres. Las mujeres son nombradas para administrar solo uno de cada diez nuevos fondos, además que el tamaño de los fondos que administran se ha reducido en un 13% en el último año, en comparación con una caída del 8% para los fondos administrados por hombres.
Para impulsar a más mujeres deben otorgarse capacitaciones y crear redes de apoyo sostenibles. También se debe contar con condiciones de salarios iguales y brindar mismo trato para ambos géneros, ejemplo salas y licencia de maternidad y paternidad al igual.
Los beneficios de más mujeres en la toma de decisiones financieras darían como resultado una mejor administración, inversiones más rentables y mejor toma de decisiones beneficiando directamente a la economía. Los equipos que incluyen mujeres tienen 21% más de probabilidades de obtener un rendimiento superior en rentabilidad en relación a sus pares. Las que tienen una fundadora mujer se desempeñaran 63% mejor que aquellas con equipos exclusivamente masculinos. La mujer que llega a ocupar la Dirección de Finanzas genera 6% más de ganancias y 8% mayor rendimiento de acciones.
El que muchas mujeres no se encuentren en estas áreas genera ineficiencias y oportunidades perdidas en los mercados. Además, no se aprovecha la ventaja que tenemos como mujeres de brindar una solución más acorde a problemas o situaciones que experimentamos directamente el impacto, desperdiciando un estilo de liderazgo colaborativo, una conciencia de riesgos y visión a largo plazo.
Cuando las mujeres tienen acceso a más dinero, construyen economías más ricas y saludables, fracturando la idea de que las microfinanzas son su única oportunidad en el rubro financiero.
La inversión con perspectiva de género se ha ido extendiendo por todo el mundo a través de los mercados financieros globales para llegar a mujeres y niñas en mercados emergentes y países en desarrollo, con un impacto desproporcionadamente alto y con efectos indirectos en atención médica, educación, crecimiento económico y creación de empleo.
Hablar de equidad salarial generaría una mayor cantidad de mujeres administradoras de fondos que pondrían capital de riesgo en manos de mujeres innovadoras y disruptivas. Lo que se ha bien entendido por corporaciones como Goldman Sachs, Blackstone Group y The Carlyle Group en las que se han establecido cuotas de género en sus juntas de gobierno, contrataciones y promociones. Algunas de estas instituciones, y otras más, han creado productos, servicios y nuevos fondos con oportunidades para más mujeres y niñas.
Muchas de las inversiones de estos nuevos fondos cubren materias como tecnología, derechos humanos, asociaciones o iniciativas que fortalecen el tejido de las comunidades lideradas por mujeres e inversiones al largo de la cadena de valor con una adopción a políticas inclusivas de género. Algunos ejemplos de estos son la Corporación Financiera Internacional (IFC) que estableció un ‘Bono de Mujeres’; movilización de recursos por medio del Desafío 2X del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) para empoderar económicamente a mujeres en países en desarrollo; fondos de bancos como Morgan Stanley, Barclays, Royal Bank of Canadá, centrados a aumentar el flujo de capital hacia mujeres empresarias, pequeñas empresas y cooperativas; iniciativas globales como GenderSmart y SheEO, que buscan desbloquear capital inteligente de género a escala.
Invertir en mujeres, a su vez, impulsa el desarrollo económico, competitividad, creación de empleo y del PIB. De acuerdo a la OCDE, la colaboración en la fuerza laboral entre géneros agregaría un 12% al PIB para 2030. Otro informe encontró que, si las mujeres participaran en la economía al igual que los hombres, sumarían $28 billones de dólares, o 26%, al PIB mundial para 2025.
También la inversión en educación a mujeres produce enormes dividendos. Las mujeres educadas tienen más probabilidades de participar en el mercado laboral formal, iniciar sus propios negocios y obtener mayores ingresos. Se estima que por cada aumento del 1% en la proporción de mujeres con educación secundaria, el ingreso per cápita de un país aumenta 0.3%. Un solo año de educación elemental a una mujer se correlaciona con un aumento del 10 al 20% en su salario, mientras que el rendimiento por un año de educación secundaria corresponde al aumento del 15 al 25%.
Además, se ha demostrado que un año adicional de educación de una mujer reduce el riesgo de la mortalidad infantil en un 5-10%. La educación también enseña a mujeres sobre nutrición y atención médica, lo que conlleva a tener familias más saludables y sostenibles. La inversión en educación femenina crea un efecto domino a lo largo de generaciones (las madres que se han beneficiado de esta tienen más probabilidades de garantizar oportunidades educativas para sus hijos).
De ahí la importancia de la existencia de tener más mujeres con carreras en la administración de fondos. Éstas tienen el doble de probabilidades de invertir en nuevas empresas con al menos una mujer fundadora y el triple de probabilidades de invertir en directoras ejecutivas mujeres. Las mujeres empoderadas, empoderan a las mujeres, y las mujeres emprendedoras generan mayor igualdad.
Conociendo la dificultad que representa a las mujeres acceder al mundo de las inversiones, una vez que se han establecido en la industria, buscarán devolverle dicho favor a otra mujer.
El país que lidera la distribución geográfica con mayor presencia femenina en la gestión de carteras de inversión es Hong Kong con 23%, seguida por España con 21%, Italia 19%, Francia 18%. En América Latina, Chile es el país con mayor número de mujeres en la administración de fondos (17%), México se sitúo en el 7%.
Falta enamorar a las mujeres jóvenes para que emprendan profesiones en este campo. Éstas son menos conscientes que una carrera en gestión de inversiones significa un trabajo significativo e impactante.
La consultora Citywire recientemente detalló que los equipos mixtos obtienen mayores rendimientos y corren menos riesgos respecto de los administrados sólo por hombres. Aunque los equipos de mujeres tienen un menor nivel de riesgo que los equipos mixtos y masculinos, actuando como influencia restrictiva sobre los hombres.
@GamboaSofia
Foto de Yan Krukov de Pexels: https://www.pexels.com/es-es/foto/persona-mujer-escritorio-escritura-7698916/