La escritora, activista feminista musulmana y fulani, Djaili Amadou Amal, nació en 1975 en el municipio Maroua II del departamento Diamaré, de la región del Extremo Norte, Camerún.
A los fulani también se les conoce como fula (principalmente en los países que fueron colonias inglesas), peul (en las ex colonias francesas) o fulbe (como les llaman los pueblos mandingos), son musulmanes y habitan en el norte del país.
De padre fulani y de madre egipcia, sus primeras letras las juntó en su adolescencia en Maroua, dentro de un diario en el que comenzó a dar forma a aquello que sentía la necesidad de transmitir. La vida de la futura escritora pasó por un matrimonio concertado a los 16 años, la poligamia, el repudio y la violencia conyugal, hasta sus estudios y su lucha para continuarlos hasta su encuentro con la literatura. Así, a la edad de 20 años escribió su primera novela, más cercana al testimonio, con puntos en común con su vida pero sin llegar a ser autobiográfica, con nulas esperanzas de poder verla publicada. Se trataba de Walaandé, l’art de partager un mari (Walaande, o el arte de compartir un marido) que finalmente vio la luz en 2010 de la mano de la editorial Ifrikiya (Yaoundé), gracias fundamentalmente al apoyo de su comunidad fulani, texto que gira en torno a la poligamia, uno de los temas recurrentes en su obra. Waalande significa “unidad conyugal” y transmite la vida de 4 mujeres reducidas a su papel de esposas. Una obra que invitaba a las mujeres a creer que ellas también podían hacerlo, romper esas cadenas y encontrar su camino.
Djaili Amadou, ha hecho de la discriminación de la mujer su caballo de batalla y ha denunciado en varias ocasiones que “La Constitución de Camerún prohíbe el matrimonio de niñas menores de 16 años, pero esta ley no se respeta » y además de militar con la escritura, después de la publicación de su primera novela, creó en 2012 la Association Femmes du Sahel, para fomentar la educación de las niñas, mediante el apadrinamiento y para fomentar su importancia en las familias y en la sociedad.
Su segunda novela apareció también con Ifrikiya en 2015 y se tituló “Mistiirijo, la mangeuse d’âme”. Detrás de la misma ha habido un intenso trabajo de investigación para recopilar el material necesario para recrear el pasado precolonial de Camerún. En ella, según sus propias palabras, “denuncio la acusación que se hace a las mujeres de ser portadoras de malos hechizos”.
Dos años después salió “Munyal, les larmes de la patience” (Las lágrimas de la paciencia) publicada por Proximité. Novela con la que alcanzaría el Prix Orange du livre en Afrique. Munyal- que significa paciencia en fulani- es una novela que inscribe a sus personajes en las inevitables redes sociales, tradicionales y religiosas. Pero “en cada una de estas mujeres se adivina un camino hecho del rechazo, la resistencia, la impaciencia como última rebelión para oponerse a la resignación”. Con esta obra se consolida como uno de los grandes referentes de la áfrica francófona. Este libro ganará en 2018 la selección de la Alianza Internacional de editoriales independientes, siendo la primera vez en la historia que un escritor que ha publicado en África gana esta selección, la cual siempre ha acabado en manos de uno de los grandes nombres de las editoriales francesas
La escritora sigue proclamando que escribir le salvó la vida y que le permite ser la voz de la mayoría de las mujeres de su país.
Con información de https://literafricas.com