Por ti Fátima y por todas las infancias y adolescencias

por La Costilla Rota

Por Hilda Tellez Lino

Muchas veces he escuchado decir a personas de mi generación (70’s-80’s): ¡Ya no aguantan nada!, en nuestra época éramos “el gordo, el feo, la chata, el enano, el pelón, la mugre, la pioja”, las cosas se resolvían con un “nos vemos a la salida” y al otro día, seguía la vida normal. Lo real es que hoy observamos las consecuencias de esa normalización de la violencia.

El bullying, o acoso escolar, no es algo novedoso, es una problemática persistente, establecida principalmente en los entornos escolares entre la educación primaria a la media superior, y se manifiesta en diversas formas de violencia física, verbal y psicológica. En los últimos años ha captado la atención de autoridades, instituciones educativas y la sociedad debido a las graves implicaciones en el desarrollo, salud psicoemocional y bienestar de niñas, niños y adolescentes.

Según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el 32% de las y los menores de 15 años han sido víctimas de maltrato en la escuela; más del 15% reportó haber sido insultado y el 13% afirmó haber sido golpeado por sus compañeros[1].  Además, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) posiciona a México en el primer lugar a nivel internacional en casos de bullying, con el 50% de los estudiantes mexicanos reportando haber sufrido algún tipo de acoso escolar[2].

A pesar de los esfuerzos para combatir el acoso escolar desde distintas iniciativas, como la Estrategia Nacional para la Prevención de Adicciones (ENPA) “Juntos por la Paz”, que aborda el bullying con un enfoque de género, centrado en la reconstrucción del tejido social, la inclusión y la generación de redes de apoyo, especialmente dirigidas a infancias, adolescencias y juventudes[3]. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha desarrollado campañas enfocadas en la capacitación de docentes y autoridades educativas, considerando esencial su formación para abordar y resolver la violencia dentro de las escuelas[4].

Hoy los modelos de este tipo de violencias se ven amplificados por el uso de las redes sociales, que han visibilizado estas conductas, permitiendo que casos específicos se difundan rápidamente, lo que ayuda a sumar a la indignación pública. Sin embargo, también han dado lugar al ciberacoso, una extensión del bullying en el entorno digital.

En el ámbito del ciberacoso, las adolescentes también enfrentan una mayor exposición a ciertas formas de violencia digital. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que, entre julio de 2021 y agosto de 2022, el 33.6% de las adolescentes de 12 a 17 años que utilizaron internet o celular recibieron fotos o videos de contenido sexual no solicitados, y al 32.3% se les hicieron insinuaciones o propuestas de índole sexual. En comparación, estos porcentajes fueron del 18.2% y 12.0% respectivamente para los adolescentes hombres[5].

La organización no gubernamental Bullying Sin Fronteras reportó un crecimiento significativo del acoso escolar y cibernético en México en los últimos años, registrando 180,000 casos graves de bullying y ciberbullying entre enero de 2020 y diciembre de 2021[6].  Los desafíos virales en plataformas digitales, que en ocasiones incitan a conductas peligrosas o humillantes, han exacerbado esta problemática, afectando la salud mental y física de los adolescentes.

Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022, el 30.2% de las adolescentes de 12 a 17 años reportaron haber sufrido acoso escolar en los últimos 12 meses, mientras que en los adolescentes hombres este porcentaje fue del 25.8%[7].

La misma encuesta revela que ciertos tipos de acoso son más frecuentes en mujeres adolescentes. Por ejemplo:

Rechazo o aislamiento: El 66.6% de las adolescentes que experimentaron acoso escolar indicaron haber sido rechazadas o puestas en contra por sus compañeros, en comparación con el 48.1% de los hombres.

Difusión de contenido ofensivo: El 17.5% de las adolescentes reportaron que se publicaron o enviaron comentarios, fotografías o videos ofensivos sobre ellas, frente al 12.9% de los adolescentes hombres.

Bullying por falta de dispositivos electrónicos: El 18.6% de las adolescentes mencionaron haber sido objeto de bullying por no tener celular, tablet o videojuegos, en contraste con el 17% de los hombres.

Además de los dolorosos hechos de Fátima, se han documentado otros incidentes que han conmocionado al país:

  1. Caso de Luis Antonio y Andrés: Ambos jóvenes de 15 años desaparecieron en Zapopan, Jalisco, tras presuntamente haber acosado al otro joven. Días después, sus cuerpos fueron encontrados sin vida, siendo evidentes las trágicas consecuencias que el bullying puede desencadenar en contextos de violencia[8].
  2. Caso de Héctor Alejandro: Estudiante de secundaria en Tamaulipas, quien falleció tras ser víctima de una agresión conocida como “columpio”, donde fue lanzado contra una pared por sus compañeros. Este incidente subrayó la urgencia de implementar medidas preventivas en las escuelas para evitar actos de violencia entre estudiantes[9].
  3. Caso de Eduardo: En Puebla, un estudiante de secundaria fue golpeado por sus compañeros hasta quedar inconsciente. Aunque sobrevivió, el ataque dejó secuelas físicas y emocionales significativas, resaltando la necesidad de atención psicológica para las víctimas y programas de concientización en las instituciones educativas[10].

Estos casos reflejan la gravedad del bullying en México y la imperiosa necesidad de abordar el problema desde múltiples frentes: fortaleciendo la educación en valores, promoviendo la empatía, implementando protocolos efectivos en las escuelas y regulando el uso de las redes sociales para proteger a los adolescentes de entornos violentos, tanto físicos como digitales. También se hace evidente que las mujeres adolescentes en México son más susceptibles a experimentar diversas formas de acoso escolar y ciberacoso en comparación con sus pares masculinos. Necesitamos sumar esfuerzos desde todos los espacios y sectores, recordemos el deber reforzado que tenemos para la protección de nuestras niñas, niños y adolescentes, no podemos postergarlo más.

 

 

[1] https://www.gob.mx/sep/acciones-y-programas/datos-y-cifras?utm_source=chatgpt.com

[2] https://oem.com.mx/elsoldelalaguna/tendencias/bullying-en-mexico-los-tres-casos-que-estremecieron-a-las-escuelas-mexicanas-18219415?utm_source=chatgpt.com

[3] https://www.gob.mx/salud/prensa/086-gobierno-de-mexico-atiende-acoso-escolar-a-traves-de-juntos-por-la-paz?idiom=es&utm_source=chatgpt.com

[4] https://www.somoshermanos.mx/cndh-lleva-a-cabo-la-campana-para-abatir-y-eliminar-la-violencia-escolar/

[5] Comunicado de Prensa 706, de 23 de noviembre de 2023, www.inegi.org.mx

[6] https://heraldodemexico.com.mx/nacional/2023/3/21/bullying-un-problema-que-va-en-aumento-en-mexico-los-cinco-casos-que-estremecieron-las-escuelas-en-la-ultima-semana-490789.html

[7] https://blog.derechosinfancia.org.mx/2023/06/01/acoso-escolar-de-adolescentes-en-mexico/

[8] https://www.sinembargo.mx/675000/seis-casos-escandalosos-de-bullying-en-mexico-cuatro-de-cada-10-estudiantes-sufren-acoso-escolar/

[9] https://www.periodicocentral.mx/2015/nacional-seccion/los-5-casos-de-bullying-mas-extremo-en-mexico?utm_source=chatgpt.com

[10] https://www.eluniversalpuebla.com.mx/educacion/3-casos-tragicos-de-bullying-escolar-en-puebla

 

Las opiniones compartidas en la presente publicación, son responsabilidad de su autora y no reflejan necesariamente la posición de La Costilla Rota.  Somos un medio de comunicación plural, de libre expresión de mujeres para mujeres.

 

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