LaCostillaRota.México, Mundo, 25 de noviembre, 2024.- “Las mujeres y las niñas del África subsahariana dedican 200 millones de horas [diarias] sólo a buscar agua”, declaró la responsable de Empoderamiento Económico y de la División de Economía de ONU Mujeres en una entrevista con Noticias ONU, en Bakú, a pocas horas de que la COP29 llegue a su fin.
Jemimah Njuki dijo que, para ponerlo en contexto, esto equivale a las horas de trabajo diarias de toda la fuerza laboral del Reino Unido.
Además, indicó que las mujeres y las niñas tienen más probabilidades de enfrentarse a la inseguridad alimentaria como consecuencia del cambio climático.
“Nuestro análisis ya nos muestra que, en el peor escenario climático, 236 millones más de mujeres y niñas sufrirán inseguridad alimentaria, y 158 millones más de mujeres y niñas caerán en la pobreza”, advirtió, añadiendo que también observan que el cambio climático aumenta significativamente el trabajo de cuidados no remunerado realizado por mujeres y niñas.
Aunque admite que se han producido avances significativos en la educación de las niñas, la reducción de la mortalidad materna y la reducción de la mortalidad infantil, subraya que, al mismo tiempo, “estamos asistiendo a enormes retrocesos en los derechos de las mujeres”.
Teniendo todo esto en cuenta, Njuki subrayó la importancia vital de los resultados de la COP29 para la igualdad de género.
“Como personas que trabajamos por la igualdad de género, no sólo nos preocupa la cantidad de financiación climática, sino también su calidad”, afirmó.
Planteó algunas preguntas que los negociadores podrían tener en cuenta:
“¿Cómo conseguimos que la financiación tenga más en cuenta las cuestiones de género? ¿Cómo nos aseguramos de que dirigimos los fondos hacia cuestiones de igualdad de género? ¿Cómo garantizamos que los movimientos feministas, los movimientos indígenas y las mujeres que trabajan en la acción por el clima puedan acceder realmente a esta financiación?”.
Mujeres indígenas y derechos sobre la tierra
Noticias ONU también habló con Jessica Hernández, una investigadora, científica y defensora comunitaria indígena residente en el noroeste del Pacífico. En su cargo actual en Landesa, una organización sin ánimo de lucro, aboga por los derechos de los pueblos indígenas a la tierra y la tenencia en el sur global.
“Uno de nuestros objetivos para la COP29 es abogar por la inclusión de los derechos y la tenencia de la tierra en las contribuciones determinadas a nivel nacional”, afirmó.
“Sabemos que 2500 millones de personas de comunidades rurales e indígenas de todo el mundo ya salvaguardan estos ecosistemas, especialmente los terrestres, cruciales para la supervivencia humana”.
Hernández, reconocida por la revista Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas e influyentes de Centroamérica, destacó el papel fundamental de las mujeres indígenas en la gestión sostenible de la tierra y los recursos y en la seguridad alimentaria.
“Por desgracia, sólo una minoría de estas tierras está legalmente reconocida, lo que deja a estas comunidades vulnerables a la apropiación de tierras con fines de explotación y sin las bases necesarias para la planificación a largo plazo y el acceso a los servicios gubernamentales”, añadió.
Carolina Santos, de Engajamundo, una organización de la sociedad civil liderada por jóvenes en Brasil, dijo a Noticias ONU: “Me gustaría ver a más mujeres y niñas asumiendo papeles de liderazgo en los debates sobre los derechos a la tierra y el acceso a la financiación climática, ya que sus cuerpos también están en juego cuando se trata de la crisis climática”.