Por Amaranta Villa Sánchez
Octubre representa un mes importante para los cuidados debido a que se han suscitado eventos importantes relacionados con la visibilidad y posicionamiento de este tema en la agenda pública.
Por un lado, porque el próximo 29 de octubre se celebrará por primera vez, el “Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo”, fecha aprobada por la Asamblea General de la ONU en julio de este año. Esto significa un logro para el reconocimiento del valor social y económico de los cuidados, pero sobre todo un reto importante para seguir impulsando el cambio en la organización social del cuidado que implique la responsabilidad conjunta de los Estados, familias, mercado y comunidades; así como revertir el rol de las mujeres como únicas cuidadoras y generar una distribución más equitativa de estas actividades.
Por otro, porque el 3 de octubre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), presentó los resultados de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022, un esfuerzo novedoso en México que parte de la concepción del cuidado como un derecho y que ofrece un diagnóstico de la demanda y la oferta de cuidados en los hogares mexicanos, lo cual permitirá que las personas tomadoras de decisiones cuenten con los datos fundamentales para construir políticas públicas en esta materia, como el Sistema Nacional de Cuidados.
Ambos ejemplos son una muestra de los esfuerzos por construir una nueva cultura respecto a los cuidados que los asuma como un asunto público, contribuyendo a desfeminizarlos y desfamiliarizarlos.
Los cuidados son las actividades que permiten la sobrevivencia y el sostenimiento de la vida en sociedad, y aunque forman parte de nuestra cotidianeidad, su conceptualización y entendimiento como un trabajo y su impulso como parte de la agenda pública, ha costado años de esfuerzo y empuje, principalmente por el movimiento feminista.
Hacer que los cuidados formen parte de la cultura institucional y de la concepción misma de bienestar por parte del Estado mexicano, ha tenido diferentes avances: el más importante, el reconocimiento del derecho al cuidado digno y al tiempo propio en el artículo 4to de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en noviembre de 2020. A partir de este suceso, el camino para garantizar el derecho al cuidado ha tomado rutas positivas, pero de lento avance, puesto que seguimos en espera de la Ley General que dé origen al Sistema Nacional de Cuidados.
En ese sentido, la importancia de la ENASIC 2022 radica en será el mayor insumo para el diseño del Sistema Nacional de Cuidados; además de esto, representa un ejemplo del esfuerzo institucional por impulsar y fortalecer la cultura del cuidado, al generar datos y tener información sólida que nos permite tener un mayor conocimiento sobre esta materia.
Abordando los resultados de esta Encuesta, lo primero que hay que mencionar es que define a aquellas personas susceptibles de recibir cuidados como personas con discapacidad, en situación de dependencia por una condición mental; infantes de 0 a 5 años, niñas, niños y adolescentes de 6 a 17 años, y personas de 60 años y más. Esto es destacable porque la división por grupos etarios y por condición de dependencia, permite conocer con mayor detalle la diversidad y el tipo de necesidades de cuidado de cada grupo y en ese sentido, facilitar el diseño de las estrategias, programas, servicios e infraestructura de cuidados que las cubran.
Respecto a la demanda de cuidados, los datos arrojan que, en México, hay 58. 3 millones de personas que son susceptibles de recibir cuidados, de las cuales 5.6 millones son personas con discapacidad o en situación de dependencia; 10.3 millones son infantes de 0-5 años; 25.4 millones son personas de 6 a 17 años y 17 millones son personas de 60 años y más.
¿Quiénes cuidan a esas 58.3 millones de personas? Las mujeres de su familia. Por ejemplo, las personas con discapacidad son cuidadas por su madre (30.7%), por su hija (33.8%); las infancias de 0 a 5 años son cuidadas por su madre (86.3%) o por su abuela (7.6%); las personas de 60 años, tienen como principales cuidadoras a su hija o nieta (44.3%), por su cónyuge o pareja (29.4%), por su hijo o nieto (13.8%).
Esto nos indica que hay un 75.1% de mujeres cuidadoras y un 24.9% de hombres que proporcionan cuidados. Es decir, tres cuartas partas de la población femenina en México, de más de 15 años brinda cuidados, mientras que sólo un cuarto de hombres de la misma edad, lo hace.
Este rol de principal cuidadora que recae sobre las mujeres, se asienta en constructos sociales asociados a los roles y estereotipos de género, la ENASIC 2022 nos permite conocer los datos que reflejan esta percepción de las mujeres como responsables de cuidar. Un 42.7% de personas están en desacuerdo en llevar a la población infantil a educación inicial, guarderías o estancias infantiles; la razón de esta negativa radica en que el 53.5% de personas cree que el cuidado es responsabilidad de la madre, el padre o la familia, 21.4% considera que los tratan mal, 16.1% no tiene necesidad o la madre, el padre o familia lo cuida, 4.9% considera que son (servicios) caros y 2.7% piensa que no tienen personal capacitado.
La misma negativa existe para llevar a las personas adultas mayores a una residencia o casa de día, pues un 48.8% de personas está en desacuerdo con ello; de ese porcentaje, un 56.6% cree que el cuidado es responsabilidad de las hijas, hijos o de la familia; 23.4% piensa que les tratan mal; 7.8% porque no tienen las instalaciones y el personal adecuado; 5.2% porque prefiere estar solo.
Cambiar la percepción de las personas respecto a que es responsabilidad de la familia y principalmente de las mujeres proveer cuidados, no se dará de inmediato ni será un asunto sencillo, este es un trabajo progresivo para el cual deben generarse incentivos para los hogares. Estos incentivos no son otra cosa que ofrecer opciones, diversificar la oferta del cuidado, pero, sobre todo, hacer que esa oferta sea pública, accesible, adecuada, de calidad y profesionalizada.
El mayor triunfo de la política de cuidados, será lograr el cambio cultural, en el cual veamos las labores repartidas equitativamente, en donde las madres y los padres ejerzan una crianza presente, activa y responsable de sus hijas e hijos; en donde no sigamos dejando a las madres, abuelas, tías, hijas, vecinas, la responsabilidad exclusiva de cuidar.
El impulso al Sistema Nacional de Cuidados es un asunto de importancia por sus implicaciones para cerrar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, pero también entre familias con mayores ingresos que pueden costear servicios privados de cuidado frente a aquellas familias que tienen que asumir esta responsabilidad por falta de recursos económicos.
Reconocer los cuidados como un trabajo y como algo que todas las personas necesitamos, y también como algo que todas las personas sin importar nuestro género podemos brindar, es un gran paso para vivir en una sociedad más igualitaria. Como también lo es que el Estado asuma su total responsabilidad para garantizar el derecho a cuidar, a ser cuidado y al tiempo propio.
Amaranta Villa Sánchez
TW: @villa_marita
Fuentes:
Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022, https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/enasic/2022/doc/enasic_2022_present
Foto de Eda Hoyman desde Getty Images