Aquí se utilizan las regiones y subregiones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). África Subsahariana y Asia meridional representaron alrededor del 87% (225 000) de las muertes maternas mundiales estimadas en 2023. Solo en África Subsahariana se concentraron aproximadamente el 70% de estas muertes (182 000), mientras que Asia meridional representó cerca del 17% (43 000).Al mismo tiempo, entre 2000 y 2023, Europa oriental y Asia meridional lograron la mayor reducción general de la razón de mortalidad materna: una disminución del 75% (de 38 a 9) y del 71% (de 405 a 117), respectivamente. A pesar de que su razón de mortalidad materna en 2023 era muy elevada, África Subsahariana también logró, entre 2000 y 2023, reducirla de manera sustancial, a saber, un 40%.La mayor reducción del riesgo de muerte materna a lo largo de la vida durante este periodo se produjo en la región de Asia central y meridional, con una reducción del 83%, de 1 de cada 71 en 2000 a 1 de cada 410 en 2023. En cinco regiones, el riesgo de mortalidad materna a lo largo de la vida se redujo en más de la mitad: África Subsahariana, África septentrional y Asia occidental, Australia y Nueva Zelandia, Asia oriental y sudoriental y Oceanía (excluidas Australia y Nueva Zelandia).

Distribución de la mortalidad materna

El elevado número de muertes maternas en algunas zonas del mundo refleja las desigualdades en el acceso a servicios de salud de calidad y pone de relieve la brecha entre ricos y pobres. La razón de mortalidad materna en los países de ingreso bajo en 2023 fue de 346 por 100 000 nacidos vivos, frente a 10 por 100 000 nacidos vivos en los países de ingreso alto.

En 2023, 37 países se clasificaron como países en conflicto o con fragilidad institucional/social (1), lo que representa el 61% de las muertes maternas mundiales, pese a representar solo el 25% de los nacidos vivos mundiales. La razón de mortalidad materna es considerablemente mayor en las zonas afectadas por conflictos (504 muertes por cada 100 000 nacidos vivos) en comparación con los entornos frágiles (368) y los entornos que no son ni conflictivos ni frágiles (99).

El riesgo de muerte materna a lo largo de la vida es mayor en el caso de las mujeres que viven en países de ingreso bajo. Se entiende por riesgo de muerte materna a lo largo de la vida la probabilidad de que una mujer de 15 años acabe muriendo por una causa relacionada con la salud materna. En los países de ingreso alto, este valor es de 1 en 7933, frente a 1 en 66 en los países de ingreso bajo.

Causas de mortalidad materna

Las mujeres mueren de complicaciones durante o tras el embarazo o el parto. La mayoría de estas complicaciones aparecen durante el embarazo, y son, en su mayoría, prevenibles o tratables. Otras complicaciones podían existir ya antes del embarazo, pero se agravan con la gestación, especialmente si no se tratan como parte de la atención a la mujer. Las principales complicaciones, causantes de aproximadamente el 75% de todas las muertes maternas, son (1):

  • las hemorragias graves (mayoritariamente, tras el parto)
  • las infecciones (generalmente, tras el parto)
  • la hipertensión arterial durante el embarazo (preeclampsia y eclampsia)
  • las complicaciones en el parto
  • los abortos peligrosos.

Cómo puede reducirse la mortalidad materna

Para evitar las muertes maternas, es vital prevenir los embarazos imprevistos. Todas las mujeres, incluidas las adolescentes, necesitan tener acceso a anticonceptivos, a servicios para someterse a abortos en condiciones de seguridad y dentro de los límites de lo previsto por la ley y a una atención de calidad después del aborto.

La mayoría de las muertes maternas son evitables, ya que las soluciones de atención de salud para prevenir o tratar las complicaciones son bien conocidas. Todas las mujeres necesitan acceso a cuidados de alta calidad durante el embarazo, así como durante el parto y en el puerperio. La salud materna y la neonatal están estrechamente vinculadas. Es especialmente importante que todos los partos sean atendidos por profesionales de la salud cualificados, ya que la atención y el tratamiento oportunos pueden, tanto en el caso de la mujer como en el del recién nacido, decantar la balanza del lado de la vida.

  • Las hemorragias graves después del parto pueden matar a una mujer sana en cuestión de horas si no recibe atención. Inyectar oxitócicos inmediatamente después del parto reduce de manera efectiva el riesgo de hemorragia.
  • Las infecciones tras el parto pueden eliminarse mediante una buena higiene y reconociendo y tratando a tiempo los primeros signos de infección.
  • La preeclampsia debe detectarse y tratarse adecuadamente antes de que aparezcan convulsiones (eclampsia) u otras complicaciones potencialmente mortales. La administración de fármacos como el sulfato de magnesio a pacientes con preeclampsia puede reducir el riesgo de que sufran eclampsia.

¿Por qué no reciben las mujeres la atención que necesitan?

Las mujeres pobres de zonas remotas son las que menos probabilidades tienen de recibir una atención de salud adecuada (3). Esto es especialmente cierto en el caso de las regiones de los ODS con un número relativamente bajo de proveedores de atención de salud cualificados, como África Subsahariana y Asia meridional.

Los datos más recientes de que se dispone parecen indicar que, en la mayoría de los países de ingreso alto y mediano alto, en aproximadamente el 99% de todos los nacimientos interviene personal médico, de partería o de enfermería capacitado. Sin embargo, solo en el 73% de todos los nacimientos en los países de ingreso bajo, y en el 84% en el caso de los países de ingreso mediano bajo, participa personal de salud calificado (3).

Los factores que impiden que las mujeres reciban o busquen atención durante el embarazo o el parto son:

  • fallos del sistema de salud que se traducen en i) atención de mala calidad, incluidas faltas de respeto, malos tratos y abuso; ii) número insuficiente de proveedores de atención de salud que, además, carecen de la debida capacitación; iii) escasez de suministros médicos esenciales, y iv) poca rendición de cuentas de los sistemas de salud;
  • unos determinantes sociales, como los ingresos, el acceso a la educación, la raza y el origen étnico, que ponen a algunas subpoblaciones en situación de mayor riesgo;
  • unas normas de género perjudiciales y/o desigualdades que provocan que no se prioricen como es debido los derechos de las mujeres y las niñas, incluido su derecho a servicios de salud sexual y reproductiva seguros, de calidad y asequibles; y
  • factores externos que contribuyen a la inestabilidad y la fragilidad del sistema de salud, como las crisis climáticas y humanitarias.

A fin de mejorar la salud materna, es preciso identificar los obstáculos que limitan el acceso a servicios de salud materna de calidad y abordarlos, tanto a nivel del sistema de salud como de la sociedad.

¿Qué efectos tuvo la pandemia de COVID-19 en la mortalidad materna?

La razón de mortalidad materna aumentó en 2021 (de 282 000 muertes maternas en 2020 a 322 000 muertes maternas en 2021). Es posible que la pandemia de COVID-19 contribuyera a ese aumento a través de dos mecanismos: i) muertes obstétricas indirectas, en que la mujer tuvo infección por SARS-CoV-2 y murió como resultado de la interacción entre la COVID-19 y su estado gravídico; y/o ii) muertes obstétricas directas, en que las perturbaciones en los servicios de salud obstaculizaron el acceso y/o la calidad de la atención, lo que dio lugar a complicaciones del embarazo que desembocaron en la muerte, cuando en otras circunstancias podrían haberse evitado o gestionado satisfactoriamente (4). Los datos muestran que la interrupción de la trayectoria descendente de la razón mundial de mortalidad materna se circunscribe a un corto periodo de tiempo. En 2022, la razón mundial de mortalidad materna y el número de muertes maternas fueron inferiores a los de los tres años inmediatamente anteriores a la pandemia de COVID-19.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la mortalidad materna

En el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los países han aunado esfuerzos para alcanzar la meta de acelerar la disminución de la mortalidad materna para 2030. El ODS 3 incluye una ambiciosa meta: «reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100 000 nacimientos» sin que ningún país tenga una razón de mortalidad materna que sea superior al doble del promedio mundial.

La razón de mortalidad materna a escala mundial en 2023 fue de 197 por cada 100 000 nacidos vivos; para que, a escala mundial, esta razón sea inferior a 70 para el año 2030, será necesario lograr una reducción anual del casi el 15%, un porcentaje que rara vez se ha conseguido a nivel nacional. Sin embargo, existen los conocimientos científicos y médicos para prevenir la mayoría de las muertes maternas. A medida que se acerca 2030, el punto final de la era de los ODS, ahora es el momento de intensificar los esfuerzos coordinados y de movilizar y revitalizar los compromisos a nivel mundial, regional, nacional y comunitario para poner fin a la mortalidad materna prevenible.

Respuesta de la OMS

Una de las principales prioridades de la OMS es mejorar la salud materna. La OMS trabaja para contribuir a la reducción de la mortalidad materna aumentando el caudal de datos obtenidos de investigaciones, proporcionando orientaciones clínicas y programáticas basadas en la evidencia, estableciendo estándares mundiales y brindando apoyo técnico a los Estados Miembros para que desarrollen y apliquen políticas y programas eficaces.

Como se define en las publicaciones Strategies toward ending preventable maternal mortality (EPMM) y Ending preventable maternal mortality: a renewed focus for improving maternal and newborn health and well-being, la OMS trabaja con los asociados para prestar apoyo a los países a fin de que:

  • aborden las desigualdades en el acceso a los servicios de atención de la salud reproductiva, materna y neonatal, así como la calidad de estos;
  • garanticen la cobertura sanitaria universal para una atención integral de la salud reproductiva, materna y neonatal;
  • hagan frente a todas las causas de mortalidad materna, de morbilidad reproductiva y materna y de discapacidades conexas;
  • fortalezcan los sistemas de salud a fin de recopilar datos de alta calidad con miras a responder a las necesidades y las prioridades de las mujeres y las niñas; y
  • garanticen la rendición de cuentas para mejorar la calidad de la atención y la equidad.

Referencias bibliográficas

  1. Cresswell JA, Alexander M, Chong MYC et al. Global and regional causes of maternal deaths 2009-20: a WHO systematic analysis. Lancet Glob Health. 2025 Mar 7:S2214-109X(24)00560-6. doi: 10.1016/S2214-109X(24)00560-6.
  2. Samuel O, Zewotir T, North D. Decomposing the urban–rural inequalities in the utilisation of maternal health care services: evidence from 27 selected countries in sub-Saharan Africa. Reprod Health 18, 216 (2021).
  3. World Health Organization (WHO), United Nations Children’s Fund (UNICEF). UNICEF/WHO joint database on SDG 3.1.2 Skilled Attendance at Birth. En: Delivery care [website]. New York: UNICEF; 2024 https://data.unicef.org/topic/maternal-health/delivery-care/.
  4. Calvert C, John J, Nzvere FP, Cresswell JA, Fawcus S, Fottrell E et al. Maternal mortality in the COVID-19 pandemic: findings from a rapid systematic review. Glob Health Action. 2021;14(Suppl 1) (https://doi.org/10.1080/16549716.2021.1974677).