Desde la Mano Izquierda: De lo peor

De entre todas las mujeres, la señora María está entre las más vulnerables, además de su sexo, es adulta mayor, indigena tének, analfabeta, padece una enfermedad cardiaca y vive en un entorno rural en condiciones de lo más humildes. Alguien desde la capital dio de alta sus documentos ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, registrándola sin su voluntad ni conocimiento de candidata para la presidencia municipal de Aquismón

por Claudia Espinosa Almaguer

Por Claudia Espinosa Almaguer

Aquismón es un municipio de San Luis Potosí en México, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía cuenta con aproximadamente 50 mil habitantes, una publicación de ese organismo citando a los historiadores Rafael Montejano y Joaquín Meade, describe que ese territorio, parte de la huasteca potosina tenía en las culturas originarias un grado avanzado de conocimientos cuando Hernán Cortés quiso venir conquistarlos, en octubre 1522, hablamos de la raíz indígena de los pueblos Tének y Pame que pervive hasta nuestros días. 

Esto es importante de recordar, cuando se trata de hablar de dignidad, es fácil caer en el error de que esa es una noción actual y no un saber intrínseco respecto de la valía de cada ser humano que se tiene mucho antes de que comenzáramos a describirla en tiempos modernos.

Si nos lee fuera del país, en ese pequeño lugar está el Sótano de las Golondrinas, un abismo cuya bocaza mide 60 metros de ancho y alcanza los 512 metros, un área natural protegida que fue recientemente víctima de un ecocidio atribuido a la empresa hotelera Vidanta causado por un sobrevuelo en helicóptero que mató a miles de especies hace un mes, probablemente con el permiso del Estado y cuya lucha está llevando a cabo la comunidad Tének de Tamapatz.

Las amenazas actuales contra los pueblos indígenas de la zona, reside precisamente en la voracidad de otros, entre esos ese tipo de empresas a quienes nadie les pone freno, el propio Estado, el crimen organizado y los políticos, ese es el caso de María Estefana Epifanio, una mujer de 78 años de edad cuyos familiares denunciaron haber sido víctima de violencia política por parte del partido Movimiento Laborista.

Fíjese bien, de entre todas las mujeres, la señora María está entre las más vulnerables, además de su sexo, es adulta mayor, indigena tének, analfabeta, padece una enfermedad cardiaca y vive en un entorno rural en condiciones de lo más humildes. Alguien desde la capital dio de alta sus documentos ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac), registrándola sin su voluntad ni conocimiento de candidata para la presidencia municipal de Aquismón, en la boleta la encontró su hijo el día de la votación donde aparece usando el petop, tocado tradicional de su cultura.

Esto significa que quien hizo este registro tuvo acceso a sus documentos personales, que de acuerdo a su familia sólo se emplean para que ella reciba atención de salud que se vio afectada al enterarse de que habían usado indebidamente su información para fines electorales.

Pero también significa que el Ceepac estuvo demasiado ocupado como para evitar el engaño, en su programa denominado “Conóceles” los datos de la señora María no se profundizan como en ninguno de los otros candidatos.

Eso sí, el Movimiento laborista sólo tiene publicado ante el Ceepac una declaración de principios, el programa de acción y sus estatutos, por ese chiste le dieron en enero de este año $4,750,039.32 cuatro millones setecientos cincuenta mil treinta y nueve pesos con treinta y dos centavos. En esos documentos se plantean posiciones cómo la siguiente:

“En el movimiento creemos fielmente que debemos contribuir y priorizar el desarrollo y empoderamiento político electoral de las mujeres mexicanas por lo tanto estamos comprometidos porque cada uno de nuestras y nuestros militantes simpatizantes y dirigentes estemos en constante capacitación… las mujeres tienen derecho en igualdad de circunstancias a ocupar cargos de representación sin que sean violentados sus derechos humanos en especial los de dignidad, igualdad, no discriminación, libre profesión u oficio y derecho al trabajo, entre otros más”.

Aunque los medios dan cuenta de la falta de ganas de investigar por parte de las autoridades, incluidas las electorales, el fraude raya en insulto, las comunidades indígenas desde siempre han reclamado una participación política sin que hasta el momento consigan ser representados por alguien que no les usurpe, ya tuvimos en el Estado diputados que se “autoidentificaron” como tal, esto para el caso de las mujeres se agudiza, pero hay un dolo especialmente reprochable en robar dinero usando a una mujer que es la suma de tantas vulnerabilidades.

No necesitamos preguntar ¿Qué estaba haciendo el Ceepac y por qué no protegió los derechos políticos de la señora María? Se hallaba en senda lucha férrea pública y encarnizada para defender a varones que se identificaron como “mujeres” dígase aquí: a José Reyes Martínez Rojas por el municipio de Venado, a Daniel Alfonso Zavala de la Rosa por Villa de Arista y a Saulo Morales Guerrero en Ahualulco del Partido Verde Ecologista (PVEM) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Lo sucedido con ella es una muestra de lo incoherentes que son los compromisos de protección a derechos, dicho de otro modo si no vende bien hacerlo ¿Qué sentido le encuentran? Eso dicen los hechos hasta prueba en contrario. 

Claudia Espinosa Almaguer  

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