6 de febrero, Día de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina

Los avances que se han logrado internacionalmente para frenar la práctica vienen todos directamente del activismo de las mujeres, las supervivientes y las feministas

por La Costilla Rota

LaCostillaRota. 07 de febrero, 2024.- La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.

Puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.

A pesar de que esta práctica se concentra en cerca de 30 países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, así como algunos países asiáticos (India, Indonesia, Iraq y Paquistán) y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica, es un problema universal. Asimismo, persiste en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norte América, Australia y Nueva Zelanda.

En «Gin/Ecología: la metaética del Feminismo Radical» la filósofa Mary Daly analiza cómo el ritual de la mutilación genital femenina no es producto de una especificidad cultural, sino que muestra la estructura del sistema patriarcal planetario, es parte de lo que ella llama «el síndrome Sado-Ritual».

Esta obra fue una de las primeras en recoger datos exhaustivos sobre la práctica desde un punto de vista feminista y en criticar el relativismo cultural y moral que se aplica desde la academia para hablar de ella.

La #MutilaciónGenitalFemenina, consistente principalmente en la escisión del clítoris con o sin infibulación (corte y cosido de los labios de la vulva para cerrar el acceso a ella y a la vagina), es un fenómeno de violencia contra las mujeres que a día de hoy se sigue practicando ritualmente en sociedades de África y Asia pero que también tiene presencia histórica en América y que se ha trasladado a Europa y otras zonas a través de la globalización.

Los avances que se han logrado internacionalmente para frenar la práctica vienen todos directamente del activismo de las mujeres, las supervivientes y las feministas.

Con información de Naciones Unidas y labrys editorial

Foto Wikipedia Commons

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