El matrimonio infantil una realidad en Mezquital, Durango

Pobreza, Violencia, Desnutrición y Abuso sexual: prácticas cotidianas, Aunque se dice que ha disminuido por una sola niña debemos alertar

por Guadalupe Herrera Alvarado

#REPORTAJE

Por Guadalupe Herrera Alvarado

Recientemente tuve la oportunidad de conocer algunas comunidades del municipio de Mezquital, Durango, parte de la región indígena. Verdaderamente lugares llenos de México; mujeres con atuendos coloridos que maximizaban su belleza cobriza, habituadas a las inclemencias naturales del clima avasallador. Como es usual, los pobladores paseando por la plaza de la comunidad, lugar al que llegan hombres y mujeres de pueblos aledaños para pasar la noche, cualquier lugar era bueno, para muy temprano ganarle al sol y llegar a su destino.

Entre pláticas con algunos habitantes del lugar tuve la oportunidad de conocer un poco más de sus costumbres: cómo viven, qué les gusta hacer, qué necesidades tienen; pero también, acerca de la vida de las mujeres que no dista mucho de un poblado a otro, a pesar de las distancias, la cultura prevalece.

Una de las costumbres que aún se practican en algunas comunidades de Mezquital, no son diferentes a otras regiones de México, me refiero al matrimonio infantil que en voz de algunos habitantes ha ido en decremento, sin embargo, sigue siendo una realidad.

Cuando escuchamos hablar sobre el matrimonio infantil inmediatamente ubicamos a las niñas y adolescentes que habitan en las comunidades indígenas, (pero no es limitativo) porque tradicionalmente, hemos vivido en esa creencia de que, por los usos y costumbres de las etnias las niñas, las adolescentes, jóvenes y las mujeres viven una cultura diferente a la nuestra que viola sus derechos como personas y como mujeres. Pero no es limitativo

Ciertamente el matrimonio infantil ya está tipificado; sin embargo, el problema es aplicar la ley. Es difícil extinguir esas costumbres milenarias, máxime cuando algunas de ellas son a conveniencia. Me voy a referir a esta parte territorial de la región indígena de Mezquital, Durango, en donde son pocas las “mujeres” (niñas y adolescentes), que contraen matrimonio legal, en el Registro Civil, ya que la mayoría de acuerdo con sus reglas, viven en unión libre o bien, por acuerdos familiares como nos lo cuentan habitantes del lugar a los que me voy a referir como habitante 1 y habitante 2.

Habitante 1

“Mucho se ha perdido”, hace unos 50 años atrás cuando mis papás me contaban historias de cómo se vivía allá por los años de 1950-1960. “Mis padres me enseñaron a honrar la palabra”. Pocas son las mujeres que se casan por el civil frente a una autoridad, aquí en la comunidad tepehuana es que las familias de los ´muchachos´ honran su palabra con el compromiso de iniciar una familia, en ese compromiso van las responsabilidades con la esposa y con los hijos de dar un techo donde vivir y alimentos”.

“Ya no es igual. Lo que hoy se vive no era como antes, el matrimonio era diferente, ´los muchachos´ tenían que estar maduros para casarse entre los 25 y los 30 años, y no podían verse, ni salir; eran los papás quienes buscaban con quién se iba a casar el muchacho pero por convencimiento, no por dinero; para la familia de la muchacha era importante que el muchacho fuera buen hombre, trabajador y bien portado; ese acercamiento  entre las familias podía durar meses e incluso años para lograr el compromiso y es cuando se realizaba la ceremonia”.

“La educación trajo conocimiento y libertad a los hijos; cambió su forma de pensar; ahora, los jóvenes conviven entre si lo que ha provocado que se casen muy jóvenes o casi niños de 12, 13 o 14 años porque se perdió el respeto. Antes los jóvenes respetaban a los mayores, hoy con estos cambios se perdió ese respeto a los mayores y a sus padres. Los tepehuanos aun acostumbran a casarse, pero también ha surgido una nueva forma de unión como “robarse a la niña” sin pensar que esa acción trae consecuencias”.

“Los valores que se vivián hace 50 años se perdieron debido a la llegada de la escuela a la comunidad, antes como no había educación las muchachas se quedaban en la casa, estaban protegidas, no salían solas y cuando llegó la educación empezaron a decidir por sí mismas. Estoy a favor del desarrollo y las herramientas que trae la educación, sin embargo, los jóvenes y las niñas no tienen la madurez para tomar decisiones”.

“He visto cambios en mi comunidad, así pues, las muchachas tuvieron que salir de su casa para ir a la escuela, a aprenden a leer, a escribir y las matemáticas; ya no están solo en su casa realizando quehaceres del hogar; ya no están controladas y vigiladas por sus padres como hace 50 años, ahora no solo están aprendiendo con la enseñanza, sino que conviven con compañeros de su edad lo que ha provocado no solo tener conocimiento sino también libertades y toma de decisiones buenas y malas”.

“Esta independencia ha llevado a iniciar una vida marital desde muy jóvenes, menores de 15 años sin tomar en cuenta que les puede afectar en su salud, no tienen un trabajo, ni la madurez para asumir compromisos; estas situaciones no son bien vistas por las personas y aunque no se da algún tipo de agresión directa, sí existen comentarios que reprueban el comportamiento de la pareja por tan poca edad. Sí hay casos de niñas menores de 15 años que están en vida marital, pero son muy contados, en su mayoría las mujeres tepehuanas se juntan entre los 15 y los 20 años”.

En Durango, en la zona indígena, hay muchas asignaturas pendientes. Mezquital está entre los municipios más pobres de México. Según el CONEVAL en el Informe de Pobreza y Evaluación 2020, Mezquital es el municipio con mayor porcentaje y número de personas en situación de pobreza extrema en los resultados de 2015.

Presento estos datos como preámbulo a la situación de hambre que se vive en Mezquital, en donde cerca de 30 mil habitantes carecen de instrumentos y herramientas para sostener a una familia. La pobreza es uno de los factores por los que padres de familia intercambias a sus menores hijas para no tener una boca que alimentar, así lo cuenta habitante 2.

Habitantes 2

“Yo estaba muy chica cuando mis tíos salían a la sierra a vender pan y mandado, yo escuchaba que en ese en ese entonces el papá rentaba por una noche a su hija menor de edad por una bolsita de pan; desde muy chicas ya las prostituían, porque eso es prostitución, luego quedaban embarazadas y pues bien gracias; yo tengo muchos primos tepehuanos que me dicen que son hijos de este o de aquel tío, pera ya desde entonces las vendían, estoy hablando de hace 40 o 50 años, pero el hombre no se hacía responsable, no se juntaban porque en su mayoría eran hombres casados.

“Ahora se ve que la mujer se casa más grande, antes desde que cumplían 13 años se casaban, muchas de las veces las familias hacían el amarre desde que nacían. La cultura huichola es más abierta, porque estas costumbres se ven menos en los tepehuanos; por ejemplo, el huichol puede agarrar a la que quiera”.

“Cuando estuve en la comunidad de Brasiles, puse una denuncia. Un hombre huichol tenía cinco mujeres; en esa ocasión agarró a una niña de once años y la tenía como mujer, entonces hablé con el papá de la niña y me dijo ´no pues es que él ya me la pidió´, ¡ella es una niña!, le dije, entonces contacté a un comandante que conocía y le pedí ayuda, se le tomó una declaración a la niña y ella dijo que no quería estar con él, pero que su papá insistía en que ella estuviera con él, era un hombre de unos treinta y tantos años, se lo llevaron preso y pagó una condena de 20 años por violación, aquí tienen mucho que ver los papás, como lo dije, es la falta de oportunidades, si no tienes que comer, lo que quieren es entregar al hijo o la hija, así sea un viejo a alguien que ni siquiera conoce”.

¿Existe el trueque de niñas y adolescentes por dinero, comestibles, bebidas o por animales? ¿Qué tanto se dan estas relaciones de niñas con hombres adultos? al respecto les comparto el punto de vista de habitantes del lugar:

Habitante 1

“En la comunidad tepehuana no existen los intercambios, no existe el trueque. Las relaciones entre menores de edad y adultos sí se da, pero no es una constante, incluso entre la comunidad es extraño, sí pasa, pero es muy contado. Cuando eso sucede es cuando sí hay una compraventa y por lo regular se da cuando las personas no tienen educación, digamos que de 500 niñas solo se da el caso en 2.

Por ejemplo, hay un curandero que tiene dinero y la familia no tiene dinero para pagar la curación entonces le ofrece a su hija sin que la menor tenga posibilidades de negarse, ella solo acepta porque no tiene educación, de lo contrario no se dejaba. El analfabetismo es una causa de abusos.

Habitante 2

“Las familias entre indígenas hacían sus arreglos, ellos dicen que es por su cultura, pero yo digo que es por conveniencia. Yo cómo voy a dar a mi hija por un becerro, o sea, el trato es, aunque la hija no esté de acuerdo, ´yo te doy a mi hija, pero tú me das el marrano´, ahora ya es menos, yo le estoy hablando de hace 20 años”

“En una ocasión, cuando llegué a Llano Grande, todavía no había paso, fue mi primer trabajo, y tengo muy presente un caso de un muchacho de Huazamota, porque me pidieron que redactara un acta sobre una violación a una menor, la niña lo acusaba de violación y el joven lo negaba diciendo que no era violación porque el papá de la niña le había pedido 300 pesos a cambio de estar con ella; entonces son los propios padres quienes obligan a las hijas; entonces pues es el hambre, es la necesidad, es la falta de oportunidades, es la economía, la geografía, todo influye, es su cultura”.

“Entró la educación y está en todas partes, pero hay comunidades donde tienen que bajar caminando ocho horas para llegar a la comunidad. Es lo mismo de siempre, llega el maestro y el papá le dice ´aquí está mi hija, se va a encargar de hacerte esto, esto y esto y si tú la quieres como mujer el tiempo que estés aquí agárrala´, con tal de que el maestro la alimente”.

Respecto al número de hijos que tienen las mujeres en la zona indígena los habitantes comentaron lo siguiente:

Habitante 1

“En eso no ha cambiado, en promedio son cinco o seis hijos por mujer, algunos hasta 10 o 12, pero las mujeres que viven en la cabecera de Mezquital ya solo tienen 2 o 3.

Habitante 2

“Ahorita veo que las niñas y los muchachitos bajan y se sienten libres, están experimentando, no consiguen métodos anticonceptivos por vergüenza o porque no saben; pienso que, si se les hablara más abiertamente sobre la sexualidad, los riesgos y los compromisos a lo mejor sería diferente y bajaría el porcentaje de embarazos en adolescentes, porque salen embarazadas y ay las dejan”. “Ahorita ya es menos, ahorita tienen un promedio de cuatro o cinco hijos, antes eran promedios altos de diez o doce.

Respecto a la pensión alimenticia es casi nula, como no hay un documento legal que demuestre la unión, al momento de la separación automáticamente la madre asume la responsabilidad de los hijos ya sea en casa de los padres o en algunas ocasiones los hijos se quedan con el padre. También se presenta la situación de que, al momento de la unión de la pareja, las niñas son menores de edad por lo que se cae en un delito y no es conveniente formalizar legalmente la unión lo que deja desprotegida a la madre y a sus hijos.

Habitante 1

“En caso de separación de la pareja es responsabilidad de la madre hacerse cargo de los hijos o en muchas ocasiones éstos se quedan con el padre, de tal forma que las mujeres que no estudiaron o que están solas se dedican a trabajar en el campo para su sustento, y en algunos casos, cuando las familias cierran el acuerdo de matrimonio, si existe ganado, ahí mismo los resuelven, pero es difícil porque casi no tienen nada”.

Habitante 2

“Ahora que están estos programas que les dan a los adultos mayores y a las madres solteras, ellas siguen pariendo porque ya vieron que está bueno esto y pues siguen pariendo para que les den más, son madres solteras que no tienen una pareja estable, pero consiguen el hijo, aunque de aquí a tres años el hijo se ande muriendo de hambre”.

El hambre y la desnutrición son dos factores atribuibles a las decisiones que los padres de familia toman respecto a sus hijas.

Habitante 2

“En Mezquital hay mucha desnutrición, yo no digo que sea culpa de los padres de familia; son muchos factores que influyen en el problema; allá los padres de familia en qué trabajan, la droga era un sustento para ellos, en esta temporada sembraban (maihuana) y en septiembre-octubre cosechaban y era una entrada para medio para pasar el año, pero ahora ya no los dejan sembrar, esa era la única entrada que tenían”

Como es conocido de todos, la violencia hacia la mujer es cotidiana, desde niñas, adolescentes, jóvenes o mujeres maduras.

Habitante 2

“Las mujeres indígenas son golpeadas constantemente; conocí a una muchacha que vivía en Barros, huyó de su casa porque su pareja la golpeó, tenía 18 años; su pareja se la llevaba al panteón y la amarraba de un árbol y le daba de latigazos, ahí la dejaba amarrada hasta otro día temprano iba y la desamarraba, decía que sus hermanos y su mamá sabían y no hacían nada porque ya no era pura, porque ye tenía un hijo y ya no la iban a querer”.

Como dicen nuestros informantes, la región indígena carece de una gran cantidad de necesidades y de servicios situación que atribuyen a la causa de algunas acciones que afectan a las niñas y a las mujeres en general, por ejemplo la geografía de la zona que es muy dispersa lo que dificulta acceder a sus derechos como personas, además de no contar con servicios básicos como alumbrado, drenaje, agua potable y sobre todo a la alimentación que al final del día la ausencia de ello, incrementa la violencia y la inseguridad sobre todo de las más pequeñas.

Definitivamente y con base en las experiencias de vida que escuché, concluyo que muchas mujeres, niñas y adolescentes indígenas viven en situación de violencia. La inserción de mujeres y hombre indígenas en donde se cocinan las leyes han tenido un trabajo raquítico, insensible y nada empático con las mujeres de su pueblo. Es importante elegir candidatos con perfil adecuado, con conocimiento de su origen y entrarle, tienen que leer, y ser valientes para enfrentar costumbres arraigadas y defender a sus hermanos indígenas, de lo contrario, de nada servirá la existencia de las acciones afirmativas del Instituto Nacional Electoral, de nada sirve la oportunidad que el pueblo les confiere y finalmente, al igual que el resto de los diputados se perderá la credibilidad y aumentará el hartazgo social de las políticas y de los políticos.

Las mujeres y las niñas de Mezquital tienen derecho a una vida libre de violencia, a ser atendidas en sus necesidades básicas de salud, alimentación y seguridad; el cambio se tiene que dar desde adentro, con educación, con apertura social, pero sobre todo, con el convencimiento del verdadero cambio, de lo contrario, ellas seguirán viviendo bajo el poder de la pareja sin la oportunidad de decidir por su cuerpo, por su vida, por su futuro y el de sus hijas.

 

Foto Captura de Pantalla desde X Composición LCR

 

 

 

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