El informe sobre violencia digital: más que datos duros, un semillero de análisis, reflexiones y planteamientos a la internet patriarcal

por Isabel Chavarría

Por Isabel Chavarría

El lunes 5 de diciembre se presentó el Informe sobre Violencia Digital del Frente Nacional para la Sororidad, dirigido por la maestra Marcela Hernández Oropa, un informe que más que datos estadísticos contiene información para entender cómo, dónde y quiénes perpetúan de forma sistémica la violencia digital contra mujeres, niñas y adolescentes.

Aquí, podremos encontrar reflexiones importantes sobre las formas de violencia en línea o a través de dispositivos digitales.

Desde una mirada histórica, transgeneracional y antropológica se plantean hipótesis detrás de las conductas que perpetúan la opresión de la vida de las mujeres, pero ahora en espacios digitales.

Aunque las víctimas de violencia digital pueden ser hombres o mujeres es un fenómeno que afecta más a ellas pues el 95.3% de las sobrevivientes son mujeres mientras que el 80.4% de las personas agresoras son hombres.

Esta hipótesis corrobora que la violencia patriarcal se adapta en estos tiempos y contextos a través de las tecnologías desde la visión de cosificación femenina, reforzada por esta sociedad de consumo que justifica el uso, la manipulación, la imposición y la explotación de la imagen y dignidad de otras personas, las mujeres y niñas.

Es un documento donde se plantea la sexualidad femenina y feminizada usada para someter y vulnerar a las mujeres que pareciera que inmortaliza la violencia en el ámbito digital valiéndose de una relación desigual de poder de lo masculino sobre lo femenino.

Lo que ocurre es que históricamente la mujer es vista como un objeto sexual para el uso y la apreciación de otros seres sexuados, los hombres, o como bien menciona Germaine Greer; al mismo tiempo en que los cuerpos de las mujeres son cosificados, su sexualidad es negada y tergiversada al ser representada como pasividad frente a su propia realidad biológica, construida claramente sobre este sistema falocentrista.

Encontraremos también una explicación sociohistórica y política de las causas de fondo tras las violaciones a la intimidad sexual que descubre a los agresores, en su mayoría varones. Información obtenida a través de un análisis antropológico y sociodigital de big data sobre los hábitos de uso y consumo de información en la red.

Los datos aquí nos hacen replantear el papel de la industria pornográfica en la formación de las identidades masculinas, aunque sé que la mayoría de nuestras lectoras son mujeres, me gustaría preguntarle a los varones ¿cómo aprendieron sobre su sexualidad?

Datos de Save the children arrojan que el 87.5% de los adolescentes han visto ponografía alguna vez, es decir, su deseo sexual se va construyendo sobre principios irreales, desiguales y violentos sobre los cuerpos feminizados que explican en gran parte las violaciones a la intimidad sexual de las mujeres en medios digitales.

Es la hipersexualización del cuerpo femenino o la mirada cosificadora la que posibilita el desarrollo de una cultura porno y de prostitución en donde las mujeres son sometidas, violentadas y dirigidas bajo los llamados mandatos patriarcales que recaen sobre sus propios derechos porque les impide la construcción de su verdadera autonomía sexual e incluso su autoestima.

Bajo esta perspectiva, no debería impresionarnos que los sitios pornográficos en 2020 recibieron más tráfico que las grandes redes sociodigitales como Twitter, Instagram o Netflix, o que el sitio web Pornhub tenga más audiencia que la cadena de noticias más grande del mundo como la BBC, o que el valor de esta industria asciende a los 97 millones de dólares ¡incluso más que Hollywood! Y que empresas como Facebook, Apple o Google lo sigan permitiendo. Este y otros datos podremos encontrar en este valioso documento.

Desde una metodología antropológica social digital se pueden explorar conversaciones vinculadas a la venta y consumo de contenido íntimo sexual, las búsquedas sobre packs no consensuados, cuentas de agresores en donde se identifican sus hábitos y consumos y cuentas que generan influencia en estas audiencias cuyos internautas tienen mayor afinidad con líderes de opinión, influencers, equipos de futbol o medios de comunicación que por su gran alcance podrían generar contenidos de prevención y sin embargo, son relacionadas con conversaciones de tipo sexual y de violencia digital.

Encontraremos un perfilamiento de las cuentas agresoras, su consumo, comunicación y hábitos de entretenimientos, la mayoría de ellos vinculados a grandes empresas, políticos, influencers y líderes de opinión de gran alcance.

Este documento es un llamado a replantear las prácticas sexuales masculinas, la educación sexual, el consumo en línea, la educación digital. Es el preámbulo de un planteamiento más grande a quienes si pueden cambiar una parte de este contexto digital y un semillero de programas, proyectos sociales y políticas públicas que esperamos sea retomando por agentes de cambio.

 

Red Mexicana de Prevención a la Violencia

 

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