Por Lorena Ríos
Como arquitecta, diseñadora y librepensadora, se encontró con múltiples obstáculos solo por ser mujer, árabe, extranjera y por su peculiar y novedosa mentalidad. No obstante, supo superarlos con creces, apoyándose siempre en su capacidad de ser libre y poder hacer lo que ella quisiera.
El primer día de octubre se celebra en México el día del Arquitecto; por otro lado, el primer lunes de octubre se conmemora el Día Internacional de la Arquitectura. Es por eso que este mes no podíamos dejar pasar la oportunidad de hablar de la Arquitecta Zaha Hadid, mujer anglo-iraquí que se abrió paso en el mundo del diseño arquitectónico durante la década de los 70’s y hasta principios de los 10’s, antes de su fallecimiento.
A pesar de nacer en una familia «acomodada» y no tener dificultad económica, se encontró con múltiples obstáculos solo por ser mujer, árabe, extranjera y por su peculiar y novedosa mentalidad. No obstante, supo superarlos con creces, apoyándose siempre en su capacidad de ser libre y poder hacer lo que ella quisiera.
Pasó la mayor parte de su vida en Londres, donde realizó sus estudios de arquitectura. Pese a que decían que «dibujaba extraño» y que las cosas que imaginaba estaban muy alejadas de la realidad, esa visión fue lo que la posicionó como pionera en la corriente del Deconstructivismo, redefiniendo la arquitectura del siglo XXI al cambiar las nociones de diseño y construcción establecidas hasta el momento, innovando en las formas y materiales que nadie se había atrevido a usar hasta entonces, combinando con su inquebrantable optimismo por el futuro.
Zaha estudió Matemáticas en la Universidad Americana de Beirut entre 1968 y 1971. Después regresó a Londres para estudiar en la Architectural Association de Londres y fue alumna de Rem Koolhaas y de Elia Zenghelis, de los que posteriormente sería socia en Office for Metropolitan Architecture. En 1979, estableció su propio estudio, fundando en Londres el grupo Zaha Hadid Architects (ZHA).
Pero a pesar del gran éxito y atención que obtenía con sus propuestas, seguía sin conseguir ningún proyecto. “No elegí no construir durante tantos años; simplemente la posibilidad no existía”, comentó alguna vez, haciendo referencia a aquella época en la que sintió que nadie creía que lo que ella dibujaba se pudiera construir y la llamaban “arquitecta de papel”.
“La gente se pregunta por qué no hay líneas rectas o ángulos de 90 grados en nuestras propuestas”, dijo durante una entrevista en 2012, «y es porque la vida no tiene lugar en una cuadrícula. Un paisaje natural nunca es uniforme o regular, y las personas se sienten bien en lugares así”.
Zaha Hadid, ha sido la única mujer que ha llegado a este cenáculo dominado por hombres. La primera y única mujer que precisamente, ha ganado el Pritzker, considerado el premio más importante de la arquitectura, que se otorga desde 1979. Recibió los más importantes premios de la profesión como el Mies Van Der Rohe (2003), el Premio Pritzker (2004) y el Praemium Imperiale (2009).
Falleció el 31 de marzo de 2016 a la edad de sesenta y cinco años a causa de un ataque cardíaco en el Mount Sinai Medical Center de Miami Beach, donde estaba siendo tratada por una bronquitis.
La arquitecta de papel, la que soñó con abrir una puerta a un mundo que aún no se había inventado, se marchaba tras revolucionar los campos de la arquitectura y del diseño. “Sé que puedo construir lo imposible”. Y lo hizo.
Centro cultural Heydar Aliyev, en Bakú. Fotos de www.arquitecturaydiseno.es